Las medidas destinadas a ahorrar energía adoptadas por el gobierno de
izquierda español, enmarcadas en el plan europeo para limitar las
importaciones de gas ruso, entraron en vigor este miércoles en comercios
y otros edificios abiertos al público.
La principal disposición
busca moderar la climatización, de allí que los comercios,
establecimientos culturales, como cines o teatros, y aeropuertos y
estaciones de trenes y autobuses tendrán que mantener el aire
acondicionado a un mínimo de 27 ºC.
En invierno, la calefacción no podrá superar los 19°C.
"El
objetivo de este plan es ahorrar gas para prepararnos para este
invierno, en caso de que (el presidente ruso Vladimir) Putin decidiera,
frente a las sanciones, cortar el suministro de gas a Europa", explicó a
la televisión pública TVE Joan Groizard, director del instituto para el
ahorro de la energía del Ministerio para la Transición Ecológica.
Adoptado la semana pasada, el decreto prevé también que las luces de los escaparates de las tiendas o aquellas que iluminan edificios públicos que estén desocupados, se apaguen a las 22H00 (20H00 GMT).
Los
locales climatizados tendrán que instalar, si no lo tienen, un
mecanismo de cierre automático de puertas para evitar el despilfarro de
energía.
El decreto, vigente hasta noviembre de 2023, no precisa las sanciones en caso de incumplimiento.
La
vigilancia de la aplicación de estas medidas en este país muy
descentralizado estará a cargo de las regiones, algunas de las cuales,
principalmente las dirigidas por el Partido Popular (oposición
conservadora), las han criticado duramente.
Madrid, bajo la
presidencia regional de la conservadora Isabel Díaz Ayuso, ha sido la
región más vehemente contra el decreto, el cual anunció que recurrirá
ante el Tribunal Constitucional.
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