Las elecciones de mañana domingo en Brasil definirán la futura relación del país con América Latina y el mundo y enfrentan a dos modelos claramente opuestos: la ultraderecha de Jair Bolsonaro y la "izquierda rosa" de Luiz Inácio Lula da Silva.
Las diferencias entre el gobernante
que aspira a la reelección y el exmandatario que pretende volver al
poder también se reflejan en la política exterior del país, guiada
durante los últimos cuatro años por una agenda ultraconservadora y ahora
enfrentada a la ola progresista que ha recobrado espacios en América
Latina.
Pero ese panorama puede cambiar. Todas las encuestas
consideran favorito a Lula, con una intención de voto en torno al 45%,
frente al 30% que obtendría Bolsonaro.
Lula necesitaría recibir
más del 50 % de los votos para ganar en esta primera vuelta, y en caso
contrario, los dos candidatos más votados deberán ir a una segunda
votación el 30 de octubre.
En su campaña, Bolsonaro ha descalificado un día sí otro, no a los líderes de Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Nicaragua y Cuba, a los que asocia a Lula y al "comunismo" que combate en todos los foros globales.
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