El papa Francisco celebró este sábado, 5 de noviembre, una
misa multitudinaria en un estadio en la localidad de Riffa, en Bahréin,
donde los católicos son casi en su totalidad migrantes procedentes sobre
todo de Filipinas y la India, y en su homilía pidió rechazar la lógica
del “ojo por ojo, diente por diente” para poder “acabar con la espiral
de venganza”.
El papa presidió la misa ante cerca de 30.000
personas, según las autoridades, que llenaron este estadio de fútbol y
En las tribunas o en el césped esperaron durante horas, algunos llegaron
de madrugada, para asistir a la misa de Francisco, la mayoría procedían
de Filipinas e India algunos explicaban que llevaban hasta 20 años en
el país y principalmente trabajan en el sector de la refinería y de los
servicios. "Somos felices en Baréin, y sobre todo hoy con la visita del
papa", aseguraban.
A pesar de sus problemas de rodilla, el papa
quiso saludar a los fieles y realizó la tradicional vuelta al estadio en
papamóvil entre los gritos de júbilo de los fieles que gritaron "Viva
el papa" y "Papa te amamos".
que representaban a los cerca de 80.000 católicos de este país del golfo
Pérsico, pero también llegaron fieles de los países vecinos como
Kuwait, Catar y Arabia Saudí para asistir, como explicaban algunos, a
"algo que sucede sólo una vez en la vida".
"Queridos amigos,
quisiera agradecer vuestro sereno y alegre testimonio de fraternidad,
para ser en esta tierra semilla de amor y de paz. Es el desafío que el
Evangelio entrega cada día a nuestras comunidades cristianas, a cada uno
de nosotros", dijo el papa en su homilía que prefirió pronunciar en
español.
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