"El número de muertos asciende a 80", informaron anoche viernes
funcionarios del condado de Maui, en las islas Hawái, en una
actualización periódica de la situación tras los incendios de esta
semana, añadiendo que 1.418 personas fueron evacuadas y llevadas a
refugios de emergencia, mientras los residentes empiezan a regresar a
sus hogares. La cifra oficial de víctimas mortales, que ayer era de 55,
no ha dejado de crecer.
Las críticas por la reacción oficial ante
el desastre son cada vez más fuertes, por lo que la fiscal general de
Hawái, Anne Lopez, anunció la apertura de una indagación sobre cómo fue
manejada la crisis.
Los residentes se han quejado de que no hubo
advertencias sobre el incendio, que dejó atrapada a la gente en la
localidad. Lopez dijo que emprenderá "una revisión exhaustiva de la toma
de decisiones críticas y de las políticas en vigor que condujeron,
durante y después, a los incendios forestales en las islas de Maui y
Hawái esta semana".
Los equipos de búsqueda usan perros para
rastrear a las víctimas de lo que el gobernador Josh Green dijo que era
"probablemente el desastre natural más grande en la historia del estado
de Hawái".
"Lo que hemos visto hoy ha sido catastrófico", dijo Green
tras recorrer la zona histórica de Lahaina. Los fuegos han devastado más
de 800 hectáreas en dos islas del archipiélago y han obligado a evacuar
a miles de personas, algunas de las cuales incluso se lanzaron al agua
para protegerse de las llamas.
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