📰 Sección: Negocios | RadioAmericaVe.com
Del colapso ambiental al burnout colectivo: los síntomas del sistema son reales. Pero lejos de enterrar el capitalismo, una nueva versión está emergiendo: regenerativo, descentralizado y con alma.

Durante años, la palabra “capitalismo” fue sinónimo de éxito, progreso y libertad. Nos vendieron la idea de que quien trabaja duro, gana. Que los mercados se autorregulan. Que la competencia genera excelencia. Pero algo se rompió… y está a la vista de todos.
Los océanos se llenaron de plástico, las ciudades de ansiedad y los campos de pobreza. Las grandes corporaciones crecieron, sí, pero también lo hizo la desigualdad. El 1% más rico del planeta posee hoy más del 50% de la riqueza mundial. ¿Y el resto? Sobrevive, compite por migajas, o simplemente desconecta.
Entonces, la pregunta es inevitable: ¿fracasó el capitalismo?
Muchos jóvenes creen que sí. Pero otros, entre ellos los visionarios y disruptores del siglo XXI, piensan diferente: el capitalismo no ha fracasado… solo necesita una actualización urgente.
“¿Capitalismo muerto… o evolucionado?”

¿Cómo se ve el “capitalismo actualizado”?
- Capitalismo regenerativo:
Empresas que ya no se conforman con “no contaminar”, sino que restauran el ecosistema. Ejemplo: Patagonia, que dona el 100% de sus utilidades al planeta. O Ecosia, el buscador que planta árboles con cada clic. - Capitalismo de propósito:
Marcas que generan ingresos sin perder el alma. Que hablan de salud mental, equidad, justicia. Que conectan con consumidores conscientes y comunidades. - Capitalismo descentralizado:
Criptomonedas, DAOs, finanzas abiertas. El dinero ya no se concentra en Wall Street, sino en redes distribuidas donde tú decides qué vale y qué no. - Capitalismo sin propiedad:
Modelos como Airbnb o Uber donde el valor está en la red, no en los activos. Y nuevas versiones más éticas están emergiendo, donde los usuarios también son propietarios. - Capitalismo transparente:
Las empresas que prosperan ahora son las que muestran su alma y su contabilidad. Ya no basta con vender barato: hay que explicar de dónde viene cada producto, cómo se produce, a quién beneficia realmente.
¿Y Venezuela, España, América Latina?
La región no escapa de este proceso. Al contrario: es uno de los laboratorios más poderosos para reinventar el modelo.
Miles de emprendedores crean negocios sociales, cooperativas digitales, marcas con impacto… sin ayuda, sin inversores, sin garantías.
Y lo más increíble: ¡funcionan!
Desde un productor de cacao en Barlovento que exporta sin intermediarios gracias a la web3, hasta startups en Medellín que utilizan IA para conectar pacientes con tratamientos más económicos. Lo que antes era marginal, hoy es tendencia.
¿Qué nos espera ahora?
Nos espera una lucha: entre los dinosaurios que quieren preservar el viejo sistema a toda costa, y los emprendedores que están diseñando una economía más humana, circular y conectada.
Este nuevo capitalismo no elimina el lucro, pero redistribuye el poder, el propósito y la participación.
Y es ahí donde nace una nueva pregunta:
¿Te quedarás esperando que el sistema cambie… o serás tú quien lo reinvente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario