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El presidente colombiano advierte que más presión de Trump sobre Venezuela traerá una nueva ola migratoria. Pero omite una verdad esencial: el mayor “apretón” lo da cada día el régimen de Maduro, que expulsa a millones al hambre, el exilio y el peligro.

Redacción política – RadioAmericaVe.com
En un continente marcado por el éxodo más dramático de su historia, el presidente colombiano Gustavo Petro ha decidido disparar en la dirección equivocada. En declaraciones recientes, advirtió que si el expresidente Donald Trump intensifica la presión sobre Nicolás Maduro, “millones de venezolanos más” cruzarán la frontera hacia Colombia.
Pero lo que Petro no dice —o se niega a aceptar— es que esa presión ya existe… y no viene de Washington. Viene de Miraflores. Viene de un régimen que ha convertido la miseria en norma, la represión en rutina y el exilio en única salida.
Porque el verdadero “apretón” no es diplomático. Es económico, social, humano. Cada día, en Venezuela, el sueldo mínimo se desintegra, el hambre avanza, las escuelas cierran, los hospitales colapsan, y quien alza la voz termina en la cárcel, el exilio o el cementerio. Ese es el modelo que asfixia a los venezolanos. Y tiene nombre: Nicolás Maduro.
Decir que Trump es el responsable de la migración venezolana es un insulto a la inteligencia y una traición a la verdad. El éxodo no comenzó con las sanciones. Comenzó con el saqueo de PDVSA, con la persecución política, con el cierre de medios, con la hiperinflación inducida por una cúpula que gobierna para enriquecerse mientras el pueblo revuelve basura para comer.
Petro, en lugar de reconocer la raíz de la tragedia, prefiere culpar al exterior, a los “imperios”, a la “presión internacional”, repitiendo el mismo libreto que el chavismo ha usado durante años para evadir su responsabilidad. Pero las cifras no mienten: más de 7,7 millones de venezolanos han huido del país, muchos de ellos antes de que se impusieran sanciones severas. Huyeron del hambre, no del embargo. Huyeron de la represión, no del arancel.
En su intento de proyectarse como un mediador regional, Petro termina siendo cómplice de una narrativa que blanquea la dictadura de Maduro. En lugar de condenar la causa, ataca las consecuencias. En lugar de exigir democracia, pide indulgencia. En lugar de proteger a los migrantes, se convierte en escudo de su verdugo.
Sí, presidente Petro: millones seguirán huyendo si no hay un cambio profundo en Venezuela. Pero no por culpa de Trump, ni de Biden, ni de Bruselas. Lo harán mientras Maduro y su cúpula sigan gobernando a base de ruina y represión.
En RadioAmericaVe.com creemos que la verdad no necesita permisos diplomáticos. Por eso lo decimos con claridad: el éxodo venezolano tiene un rostro, una firma y un responsable. Y no está en Washington. Está en Caracas, en el Palacio de Miraflores.
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