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Crudo venezolano disfrazado llega a China

Según Reuters, petroleras estarían manipulando documentos y rutas para hacer pasar crudo venezolano por brasileño. El régimen y sus aliados burlan al mundo para sobrevivir.
Por la redacción de RadioAmericaVe.com
Sección Economía – Especial Investigación Internacional
No sale de Venezuela. No pasa por Brasil. Pero llega a China como si fuera brasileño. El nuevo escándalo global que sacude el mercado energético tiene un nombre: crudo venezolano disfrazado. Un informe revelado por la agencia Reuters expone cómo el petróleo extraído por PDVSA —bajo sanciones internacionales— está siendo enviado a China camuflado como crudo brasileño, en una operación que involucra petroleras fantasmas, certificados adulterados y puertos opacos.
La denuncia no solo destapa una red ilegal de comercio de hidrocarburos. También muestra hasta qué punto el régimen de Nicolás Maduro está dispuesto a actuar para mantener el flujo de divisas y burlar las restricciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.
El modus operandi: cómo se disfraza el crudo venezolano
El informe detalla que barcos cisterna cargados con petróleo venezolano zarpan del país bajo nombres ficticios o utilizando transferencias de carga en altamar. Una vez en el océano, los tanqueros modifican los documentos de embarque, cambiando el origen del crudo a Brasil, y en ocasiones realizan mezclas ligeras con crudo brasileño real para “disfrazar” la composición química.
Con esta nueva identidad, el petróleo llega a puertos chinos sin activar las alarmas de los sistemas aduaneros. El dinero entra. El origen desaparece. La impunidad flota.
“Es un fraude estructurado, sofisticado y con respaldo político. China lo sabe. Brasil lo ignora. Y Venezuela lo necesita”, declaró un analista energético que pidió no revelar su nombre por seguridad.
Una red petrolera que opera en las sombras
No se trata de operaciones aisladas. Reuters indica que al menos doce embarques con origen real en Venezuela fueron recibidos en China como supuestos cargamentos brasileños en el primer trimestre de 2025. Esto representa un volumen estimado de más de 8 millones de barriles.
Esta operación involucra empresas registradas en paraísos fiscales, brokers con historial de sanciones y la aparente omisión voluntaria de autoridades portuarias en Asia. La palabra clave es “aparente”, porque lo evidente ya no se oculta: el comercio de crudo venezolano sigue vivo gracias al crimen transnacional de alto nivel.
China, el cliente de siempre… con nuevas máscaras
El papel de China en este esquema no es menor. Aunque el gobierno de Xi Jinping mantiene una postura ambigua respecto a las sanciones internacionales, las importaciones disfrazadas permiten abastecer sus refinerías sin comprometer oficialmente sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
“Es un juego doble: China mantiene su imagen, pero sigue recibiendo petróleo barato. El régimen de Maduro sobrevive. Y todos los involucrados ganan… menos la legalidad internacional”, expresó un diplomático europeo consultado por Vierne5.
¿Dónde está Brasil en este rompecabezas?
El gobierno brasileño, según Reuters, ha evitado pronunciarse formalmente sobre el uso de su bandera y certificados en esta operación ilegal. Sin embargo, fuentes cercanas al Ministerio de Minas y Energía en Brasilia confirmaron que no se ha autorizado ningún nuevo contrato de venta de crudo a China con las condiciones descritas en los documentos filtrados.
La omisión, en este caso, podría ser complicidad o negligencia, pero en ambos escenarios queda claro que el nombre de Brasil ha sido instrumentalizado para encubrir el flujo ilícito de petróleo venezolano.
Un régimen que sobrevive de lo ilegal
Desde la sección de Economía de Vierne5, ya habíamos advertido que el chavismo se reinventa como estructura criminal global, migrando de ideología a pragmatismo mafioso. El caso del crudo disfrazado es solo una nueva capa de esa realidad.
No es solo una cuestión energética. Es una prueba de que el Estado venezolano ha cruzado la línea de lo ilegal como modelo de sostenibilidad. El petróleo, que alguna vez fue sinónimo de riqueza y prosperidad, hoy es sinónimo de trampa, encubrimiento y colapso moral.
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