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Desde Chiclayo, el hoy pontífice dejó una huella imborrable entre los migrantes venezolanos. Su labor pastoral sigue siendo faro de integración y dignidad.
✍️ Por la Redacción de RadioAmericaVe.com – Sección Cultura
En una ciudad del norte peruano, alejada del bullicio vaticano, comenzó a forjarse una historia que hoy resuena en el corazón de América Latina. Antes de ser conocido como León XIV, el nuevo Papa caminaba las calles de Chiclayo, compartiendo con migrantes, escuchando sus historias y acompañándolos en su lucha diaria.
Entre ellos, muchos eran venezolanos que huían del colapso de su país. Y para ellos, Robert Prevost —el obispo que los recibió con los brazos abiertos— se convirtió en algo más que una figura religiosa: fue un puente, un consuelo, una voz que no juzgaba.
🌎 Cuando la Iglesia se arremanga
“Gracias a él, dejamos de sentirnos invisibles”, dice Lisbeth Díaz, quien llegó desde Maracaibo hace siete años con su hija de tres años y una maleta medio vacía. “Nos ayudó a encontrar trabajo, comida, amigos. Pero sobre todo, nos ayudó a recuperar la fe”.
Y no es una frase vacía. Durante su tiempo como obispo de Chiclayo, Prevost articuló redes de apoyo, impulsó programas junto a Cáritas, y logró que decenas de familias venezolanas tuvieran acceso a lo más básico: salud, vivienda, dignidad.
No lo hizo desde un púlpito. Lo hizo caminando al lado de ellos.
🛠️ De ciudad de paso a comunidad viva
Chiclayo solía ser una escala más para los migrantes. Pero con el tiempo, se convirtió en hogar. Se abrieron panaderías venezolanas, nacieron centros culturales mixtos, y muchas familias decidieron echar raíces.
Hoy, Chiclayo no solo acoge. Abraza. Y buena parte de eso se debe al liderazgo de un hombre que ahora ocupa uno de los cargos más poderosos de la fe católica.
🙏 Un Papa con historia de periferia
La elección de León XIV no es solo un hito para la Iglesia. Es un guiño a las periferias, a los olvidados, a quienes no suelen estar en el centro de las decisiones. Su llegada al papado representa algo más profundo: una Iglesia que quiere escuchar desde abajo, no predicar desde arriba.
Desde su primer mensaje, ha dejado claro que su vocación sigue intacta: caminar junto a los que más necesitan. Y muchos, en Chiclayo y más allá, lo sienten como propio.
🕊️ Un símbolo que trasciende
Este nombramiento ha reavivado el interés por los grandes reformadores de la historia eclesiástica. Como señala uno de nuestros artículos destacados en Vierne5, líderes como Gregorio X, o León I en la Edad Media, marcaron épocas. Hoy, León XIV parece decidido a dejar su propia huella.
No en los mármoles del Vaticano. Sino en las vidas concretas de quienes luchan cada día por ser reconocidos y respetados.
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