El Congreso de los Estados Unidos le aprobó al presidente Donald Trump, 215 cintra 214, un plan económico que contempla, entre otras cosas, cobrar impuestos a las remesas que mandan los inmigrantes a sus países de origen.
La propuesta de Trump causó revuelo en toda América Latina porque se trata de imponer un tributo a las remesas que los emigrantes mandan a sus países de origen. La idea de poner un impuesto del cinco por ciento a los envíos de dinero proviene de los republicanos, el partido gobernante del presidente Trump.
La presidenta de México,
Claudia Sheinbaum
Pardo, dijo en reacción a ello que "no se puede gravar dos veces a quienes
ya pagan impuestos".
Las remesas desde
Estados Unidos a diversos países rondan los 160 mil millones de dólares, y un
informe del Departamento de Migración del Banco Interamericano de Desarrollo
señala que, en 2024, el volumen total de remesas desde EE.UU a países de
América Latina y el Caribe llegó a los 160 mil 900 millones de dólares, lo que
supone un aumento de 7 mil 700 millones respecto del año anterior.
Los mayores receptores
son México, con 64 mil 700 millones de dólares, y Guatemala, con 21 mil 500
millones de dólares. Esto significa que, solo en México, entran cada día unos
177 millones de dólares.
"Si comparamos los
ingresos por remesas en relación con el producto interno bruto de los países de
la región, en 2024 representaban alrededor del 20 por ciento del PIB solo en
Guatemala. En Nicaragua, el 27 por ciento, en Honduras, el 26 por ciento, en El
Salvador, el 24 por ciento, en Haití, el 20 por ciento y, en Jamaica, el 19 por
ciento", detalló en entrevista con la agencia Deutsche Welle (DW), Jesús
Alejandro Cervantes González, del Centro de Estudios Monetarios
Latinoamericanos (CEMLA), de Ciudad de México, organismo que se ocupa
específicamente de la importancia económica de las remesas. No se dio un
cálculo sobre lo que respectan las remesas a Venezuela.
La relevancia económica
y sociopolítica de los envíos de dinero para los países receptores es enorme:
"Las remesas alivian las limitaciones presupuestarias de millones de
hogares receptores y reducen sus niveles de pobreza. Les permiten disfrutar de
un mayor nivel de vida y contribuyen a financiar gastos en bienes de consumo,
educación, sanidad, vivienda y, en algunos casos, inversiones en negocios
familiares", señala Cervantes González.
Según estudios del
CEMLA, en México hay 4,5 millones de hogares y 9,8 millones de adultos que
reciben remesas. Sobre todo, las zonas rurales más pobres se benefician de
ellas.
En Florida, el
gobernador Ron DeSantis estudia un control de identidad en las transferencias
de dinero por lo que los remitentes deberán demostrar que trabajan legalmente
en el país, según informó el portal El Economista, “con el objetivo de evitar
que los inmigrantes irregulares transfieran dinero al extranjero”.
El senador mexicano
Antonino Morales, del partido gobernante Morena en Oaxaca, criticó que las diversas
consideraciones son "abiertamente discriminatorias y racistas, porque
afectan a los extranjeros con residencia irregular en Estados Unidos".
Aparte del impuesto a las remesas, los controles de identidad restringirán su
acceso a programas como Obamacare o Medicare, explicó adicionalmente Morales.
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