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Censura, miedo y silencio impuesto: la dictadura teme a la verdad
Cuando un régimen comienza a temerle a las palabras, ya no hay duda de que se ha convertido en su propio enemigo. En Venezuela, la libertad de expresión está en estado crítico. Lo acaba de confirmar el más reciente informe del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), que alerta no solo sobre el aumento de la censura digital, sino sobre un fenómeno aún más grave: el miedo de los ciudadanos a opinar, protestar y denunciar.
La libertad de expresión en Venezuela ya no es solo un derecho vulnerado, es un campo de batalla. Y el régimen de Maduro lo sabe. Por eso aplica el silencio como política, la autocensura como herramienta de control, y la desconexión como estrategia de represión.
Libertad de expresión en Venezuela: la brecha digital como mecanismo de exclusión
Según el IPYS, la falta de acceso a internet y tecnología profundiza la desigualdad informativa, especialmente en sectores rurales y populares. La brecha digital no es casual: es una forma de mantener al pueblo en la oscuridad, sin noticias veraces, sin plataformas para expresarse, sin canales para organizarse.
Ya lo habíamos advertido en nuestra sección Nacionales: (https://vierne5.com/nacionales/) en Venezuela, tener internet se ha convertido en un privilegio. El que se informa, resiste. El que calla, sobrevive. Y esa es la ecuación que el chavismo ha perfeccionado para perpetuarse.
El problema no es solo técnico. Es político. Se bloquean páginas críticas, se filtran redes sociales, se asfixian medios independientes y se criminaliza cualquier disidencia en línea. En el artículo “No subestimemos al régimen de Maduro” (https://vierne5.com/editoriales/no-subestimemos-al-regimen-de-maduro), ya denunciábamos que la censura digital no es torpeza, es diseño.
Miedo a expresarse: una sociedad atrapada entre la represión y la esperanza
IPYS también revela que el miedo a hablar en público o en redes sociales ha aumentado de manera alarmante. Profesores, periodistas, activistas y ciudadanos comunes temen represalias por emitir una opinión o compartir una crítica. ¿Por qué? Porque en Venezuela, decir la verdad puede costarte el trabajo, la libertad o incluso la vida.
Esto no es democracia, es dominación. Y aún así, el pueblo sigue hablando, sigue protestando, sigue creando formas alternativas de comunicación. Porque cuando el poder intenta imponer el silencio, el ingenio se convierte en resistencia.
Lo vimos durante las protestas del 28J, lo vemos a diario en plataformas alternativas, grupos vecinales y radios clandestinas. El venezolano no se rinde. No puede rendirse.
Libertad de expresión: el que se rinde, pierde
Desde RadioAmericaVe.com lo decimos con convicción:
el que se rinde, pierde.
Y rendirse no es opción. A pesar del apagón informativo, de las amenazas, de los encarcelamientos, hay una certeza que nos sostiene: el régimen no podrá silenciar la dignidad colectiva para siempre.
Mientras más fuerte es la censura, más fuerte se vuelve la voluntad. Cada voz que se atreve a hablar, cada ciudadano que comparte una noticia, cada gesto de valentía en redes, es una grieta en el muro del miedo.
Ya lo analizamos en La Voz del Lector: Justicia en Venezuela, (https://vierne5.com/la-voz-del-lector/justicia-en-venezuela-uso-politico-del-poder) donde expusimos cómo el poder usa las instituciones para castigar a quien piensa distinto. Pero lo que no pueden controlar es el valor de un pueblo que, aun con miedo, sigue creyendo que es posible cambiar las cosas.
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