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📸 El expresidente de EE.UU. rompe el silencio ante el mayor ataque aéreo ruso en Ucrania.
La Casa Blanca reacciona con dureza al mayor ataque ruso desde el inicio de la guerra
Desde Washington DC | Corresponsalía internacional de Vierne5.com
El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ha roto su tradicional tono ambiguo hacia el Kremlin y ha lanzado una de sus declaraciones más contundentes desde que retomó el poder:
“¿Qué demonios le ha pasado? Está matando a un montón de gente. Putin está completamente loco.”
Estas palabras, emitidas desde la Oficina Oval y luego reforzadas en redes sociales, se produjeron horas después de que Rusia lanzara el mayor ataque aéreo contra Ucrania desde 2022, disparando 367 drones y misiles en una sola noche. El bombardeo dejó al menos 12 muertos y decenas de heridos en ciudades como Kiev, Járkov y Dnipro.
El mandatario norteamericano ha ordenado una revisión inmediata de las relaciones diplomáticas con Moscú, calificando el acto como “una agresión desproporcionada e inhumana”, al tiempo que solicitó a sus aliados de la OTAN y al Consejo de Seguridad de la ONU una respuesta coordinada.
Trump llama loco a Putin: cambio radical en la política exterior de EE.UU.
El mensaje no fue una improvisación. Fuentes cercanas a la Casa Blanca confirmaron a Vierne5 que Trump venía evaluando endurecer su retórica ante el presidente ruso Vladimir Putin, especialmente tras los últimos movimientos militares en Europa del Este y los informes de inteligencia que advertían una escalada inminente.
Hasta ahora, la relación entre ambos líderes había sido polémica pero pragmática. Sin embargo, el ataque masivo sobre Ucrania ha redibujado el mapa diplomático.
En una reunión de emergencia con el Consejo de Seguridad Nacional, Trump declaró que “no se puede seguir tolerando esta locura”, y adelantó que su administración considerará sanciones energéticas selectivas y nuevas medidas de presión militar indirecta, incluyendo el refuerzo del escudo antimisiles en países bálticos y en la frontera polaca.
En nuestro artículo sobre el nuevo enfoque de seguridad de EE.UU. en Europa, ya habíamos anticipado esta posibilidad si la agresión rusa cruzaba ciertas líneas rojas.
Ucrania exige acción, no solo palabras
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky agradeció la condena pública de Trump, pero fue claro:
“Condenas no detienen misiles. Necesitamos sistemas de defensa aérea, más sanciones, más determinación.”
Zelensky reiteró que cada minuto que pasa sin acción refuerza la narrativa de impunidad de Putin y desmoraliza a los aliados que han sufrido los peores embates del conflicto. Washington, mientras tanto, analiza una reconfiguración del apoyo militar a Ucrania, con énfasis en defensa antiaérea avanzada y asistencia técnica.
En un editorial reciente de Vierne5 sobre la guerra prolongada entre Rusia y Ucrania, se alertaba sobre el riesgo de que los países occidentales caigan en la fatiga estratégica. El ataque de este fin de semana parece haber reactivado ese compromiso.
Putin desafía a Occidente mientras crece el aislamiento ruso
El ataque no fue solo militar. Fue un mensaje directo a la comunidad internacional. Putin ha demostrado que no está dispuesto a negociar en los términos occidentales, y que su poder de fuego sigue intacto. Este último bombardeo dejó inutilizadas plantas eléctricas, escuelas, hospitales y centros de comunicación.
La respuesta rusa a las declaraciones de Trump no se hizo esperar. Desde Moscú, el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov desestimó las palabras del presidente norteamericano como “histéricas y peligrosamente simplistas”, y acusó a EE.UU. de querer “exacerbar un conflicto que ellos mismos alimentaron”.
En este análisis sobre la diplomacia de guerra de Rusia, se detalla cómo el Kremlin ha logrado rearmar su influencia global en medio del conflicto, desafiando incluso a potencias como China y Turquía.
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Conclusión: Trump en la delgada línea entre liderazgo y confrontación
La frase “Putin está completamente loco”, pronunciada desde el Despacho Oval, marca un punto de inflexión. No es solo una reacción emocional. Es la confirmación de que Estados Unidos ha cruzado el umbral de la ambigüedad diplomática.
Con Trump nuevamente al mando, la política exterior estadounidense entra en una nueva fase: más directa, más impredecible, y, posiblemente, más peligrosa. En un mundo al borde de múltiples guerras, las palabras de un presidente estadounidense pueden encender o apagar fuegos globales.
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