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"La fuerza de un pueblo no se mide por sus derrotas, sino por su capacidad de volver a levantarse. Venezuela aún puede."
La resistencia no puede morir con la resignación
Una cosa es tener esperanza y otra muy distinta es vivir de ilusiones. Es una lÃnea delgada que separa la fuerza de la resistencia del autoengaño colectivo. Venezuela lleva más de dos décadas sumida en un modelo autoritario que, como en el caso cubano, pareciera consolidarse mientras promueve falsos discursos de cambio. Y sin embargo, aún queda gente que cree, que resiste y que insiste en no resignarse.
La resignación es el arma más eficaz de cualquier dictadura. Y en nuestro caso, ha avanzado a fuerza de frustraciones, traiciones y un éxodo sin precedentes. El 25% de la población ha emigrado. No se fueron por turismo. Se fueron porque no vieron futuro. Porque el hambre, el miedo y la desesperanza no admiten espera. Mientras tanto, los que se quedan, resisten entre la rabia, el cansancio y la fe. Pero esa resistencia necesita rumbo.
Ejemplos históricos que inspiran
La libertad en Venezuela no es una utopÃa. Es un derecho aplazado. Es también una meta alcanzable, como lo ha sido para otros pueblos que vivieron incluso más tiempo bajo regÃmenes opresivos:
- España: soportó 40 años de franquismo, y aún asà construyó una democracia funcional después de 1975.
- Chile: se liberó de Pinochet con un plebiscito en 1988 y elecciones en 1989, luego de 17 años de dictadura.
- Sudáfrica: desmanteló el apartheid tras décadas de lucha. Mandela fue presidente en 1994.
- Portugal: la Revolución de los Claveles (1974) acabó con el salazarismo tras más de 40 años.
- Argentina: volvió a la democracia tras el terror de la dictadura militar en 1983.
- Europa del Este: la caÃda del Muro de BerlÃn en 1989 fue el inicio del fin para numerosos regÃmenes comunistas.
Si ellos pudieron, nosotros también.
La etapa de algunos lÃderes terminó: es hora de pasar el testigo
MarÃa Corina Machado y Eugenio González Urrutia han cumplido una etapa brillante. Nadie les puede quitar el mérito de haber sostenido la esperanza en medio del lodo. Pero las carreras democráticas, como en el atletismo, requieren relevos. No se trata de jubilar a nadie. Se trata de entender que lo que viene necesita nuevas estrategias, nuevos liderazgos y nuevas voces. Voces que unifiquen, movilicen y operen dentro y fuera del paÃs.
El Nuevo Ideal Nacional: una alternativa real
Desde esta tribuna, saludamos la aparición del Nuevo Ideal Nacional (NIN) como una plataforma de renovación. No es un partido. Es una causa. Es la reunión de voluntades de venezolanos que entienden que la libertad en Venezuela requiere organización, conciencia, y acción internacional coordinada. El NIN propone soluciones concretas, denuncia con valentÃa y crea espacios de articulación. Pero necesita respaldo. Necesita que el pueblo lo asuma como propio.
No caer en la trampa del derrotismo
El discurso de "no se puede" es funcional al régimen. Decir que "todo está perdido" solo favorece a los que quieren mantenerlo todo igual. Por eso es clave recordar que quien no espera vencer, ya está vencido. Esta lucha no es solo de partidos, lÃderes o exiliados. Es de todos. Y cada quien puede hacer algo: denunciar, comunicar, resistir, votar con conciencia, organizarse, aportar.
La historia está de nuestro lado
El régimen venezolano quiere hacernos creer que su poder es eterno. Pero ningún poder lo es. La historia no lo respalda. Y la paciencia de los pueblos, cuando se convierte en acción organizada, es imparable. Si algo hemos aprendido de la experiencia internacional, es que incluso los regÃmenes más cerrados y criminales han caÃdo. La libertad en Venezuela es una causa justa, urgente y posible.
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