Panamá está envuelta en una severa crisis social, producto del agotamiento de los esquemas de protección ciudadana, agravada por medidas implementadas por el gobierno para solventar sus precarios recursos económicos.
Batallas campales con heridos, provincias enteras bloqueadas y pérdidas económicas millonarias es lo que se vive hoy día en Panamá. El país parece estos días un territorio en guerra, señala la agemcioa añemana DW, que tiene corresponsales allá.Por un lado, está un gobierno
desprestigiado, pero apoyado por las fuerzas de seguridad. Por el otro,
sindicalistas, ambientalistas, estudiantes, mujeres, maestros e indígenas que
han tomado las calles, hartos de una clase político-empresarial vista como
corrupta e inepta.
Ambos campos se
atrincheran, y la violencia escala en un cóctel peligroso de ingobernabilidad,
advirtieron a DW analistas consultados.
Los detonadores de las
protestas fueron tres: la reforma de la seguridad social, en marzo, que recorta
beneficios laborales y de jubilación a cientos de miles de trabajadores; una
propuesta del presidente José Raúl Mulino de reabrir una mina de cobre, violando
un fallo de la Corte Suprema que ordenó su cierre en 2023, luego de
manifestaciones multitudinarias; y la firma de un memorándum que permite a
Estados Unidos retornar a sus antiguas bases cerca del Canal de Panamá e
incrementar su presencia militar en territorio panameño.
Todo un escenario de
guerra con ribetes económicos sociales y económicos.
• Usted puede ver más información sobre este tema en
www.vierne5.com, https://www.radioamericave.com y [email protected]
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