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Economía social en Venezuela: crecimiento con inclusión real
Economía social en Venezuela: descubre cómo la inclusión real puede transformar el crecimiento económico y devolver oportunidades a todos.
Economía social en Venezuela es más que un concepto académico: es la posibilidad de reconstruir un país roto por la desigualdad y el rentismo. Hablar de crecimiento con inclusión real implica mirar más allá de los indicadores macroeconómicos y enfocarse en la vida cotidiana de los ciudadanos, en las oportunidades que se crean y en la justicia social que se garantiza.
En palabras de Víctor Escalona:
“La dignidad de un pueblo no se mide por lo que recibe, sino por lo que es capaz de crear.”
Esa visión conecta directamente con el espíritu de la economía social: dar herramientas para que la gente produzca, emprenda y comparta los frutos del desarrollo.
Este artículo explora cómo la economía social puede convertirse en el motor de un crecimiento con rostro humano, capaz de integrar a campesinos, emprendedores, trabajadores y comunidades en un proyecto nacional de justicia y prosperidad.
La fragilidad del modelo económico actual
Durante décadas, Venezuela basó su economía en el petróleo. Ese modelo rentista trajo consigo crecimiento desigual, dependencia de las importaciones y exclusión de grandes sectores de la población. Mientras los ingresos petroleros fluían, se descuidó la producción agrícola, la industria y la participación real de la ciudadanía en el desarrollo económico.
Hoy, con el colapso del modelo petrolero, la pobreza y la desigualdad alcanzan niveles dramáticos. Millones de familias sobreviven en la informalidad, mientras el Estado carece de recursos para garantizar servicios básicos. En este contexto, hablar de economía social no es un lujo: es una necesidad urgente.
¿Qué es la economía social?
La economía social es un modelo que combina productividad con justicia. Se centra en organizaciones como cooperativas, asociaciones de productores, empresas comunitarias y emprendimientos sociales que priorizan el bienestar colectivo sobre la ganancia individual.
Sus principios fundamentales son:
- Solidaridad: priorizar el bienestar de la comunidad por encima del lucro desmedido.
- Participación democrática: decisiones tomadas por los miembros, no impuestas desde arriba.
- Sostenibilidad: producir sin comprometer el futuro, con responsabilidad social y ambiental.
- Reinversión: destinar las ganancias a mejorar la comunidad y ampliar oportunidades.
El valor humano de la economía social
A diferencia de la economía tradicional, que mide el éxito en cifras, la economía social mide su impacto en vidas transformadas. Una cooperativa agrícola no solo vende productos, también garantiza empleo a familias enteras. Una empresa comunitaria de energía renovable no solo genera electricidad, también devuelve dignidad a poblaciones olvidadas.
La inclusión real ocurre cuando las personas participan activamente en el proceso productivo y se benefician de él, no cuando son simples receptoras de subsidios. Como afirma Víctor Escalona:
“El verdadero progreso no se importa: se siembra, se cultiva y se produce con esfuerzo propio.”
Ejemplos de éxito en el mundo
La economía social no es teoría, es práctica con resultados concretos:
- España: Mondragón, uno de los conglomerados cooperativos más grandes del mundo, demuestra que la solidaridad puede ser competitiva a nivel global.
- Canadá: las cooperativas de crédito han permitido acceso a servicios financieros a millones de personas excluidas por la banca tradicional.
- América Latina: en países como Brasil y Argentina, movimientos cooperativos agrícolas han transformado comunidades rurales y generado exportaciones.
Estos modelos son referencia para Venezuela, un país con tradición de organización comunitaria y capital humano dispuesto a trabajar por un futuro mejor.
Oportunidades para Venezuela
La economía social puede convertirse en una palanca clave de reconstrucción nacional:
- Agroindustria comunitaria: cooperativas de productores que procesen alimentos y garanticen seguridad alimentaria.
- Servicios básicos solidarios: empresas sociales en agua, electricidad y transporte que operen con criterios de eficiencia y justicia.
- Economía digital inclusiva: plataformas tecnológicas que conecten a emprendedores con mercados internos y externos.
- Educación y formación: centros comunitarios que capaciten en oficios, tecnología y emprendimiento.
La clave está en articular al Estado, al sector privado y a las comunidades en un modelo donde cada actor cumpla un rol complementario. El Estado debe facilitar, no controlar; el sector privado debe invertir con responsabilidad; y las comunidades deben organizarse para participar activamente.
Retos de la economía social
A pesar de sus virtudes, la economía social enfrenta desafíos que no pueden ignorarse:
- Acceso a financiamiento: sin capital inicial, muchos proyectos quedan en el papel.
- Formación: se requiere capacitación técnica y administrativa para garantizar sostenibilidad.
- Entorno legal: leyes claras que respalden a las cooperativas y empresas sociales.
- Escala: el reto es cómo pasar de experiencias locales exitosas a un modelo de impacto nacional.
Superar estos obstáculos exige voluntad política, alianzas internacionales y un compromiso profundo con la transparencia.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué diferencia a la economía social de la tradicional?
La economía social prioriza el bienestar colectivo y la participación democrática, mientras que la economía tradicional prioriza la ganancia individual.
¿La economía social puede generar crecimiento real?
Sí, siempre que se combine productividad con justicia, fomentando proyectos sostenibles y competitivos en el mercado.
¿Qué papel juega el Estado en la economía social?
Debe facilitar financiamiento, leyes claras y apoyo técnico, sin controlar ni burocratizar los procesos comunitarios.
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Conclusión: crecimiento con inclusión real
El futuro de Venezuela no puede seguir atado a la renta ni a modelos que excluyen. La economía social ofrece un camino hacia el crecimiento con inclusión real, donde cada ciudadano sea protagonista del desarrollo.
En palabras de Víctor Escalona:
“La esperanza no está en lo que recibimos, sino en lo que somos capaces de construir juntos.”
El desafío es enorme, pero también lo es la oportunidad. La economía social es la herramienta para devolver dignidad, confianza y futuro a millones de venezolanos.
¿Qué opinas? Escríbenos a [email protected]. Tu voz también cuenta.
Vierne5. / La Voz Del NIN

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