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Próximas dos semanas cruciales para Venezuela: Nobel de María Corina, presión de Trump y escenarios posibles para una transición o un nuevo atornillamiento.
Las próximas dos semanas serán cruciales para Venezuela. El país entra en una fase en la que se definirán variables clave: la aparición pública de María Corina en Oslo, la línea estratégica de la administración Trump frente a Maduro y el rumbo de un conflicto político que lleva más de dos décadas sin resolverse.
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Un país en vilo: comienzan dos semanas que pueden reordenar el tablero
No es un lugar común: las próximas dos semanas son —literalmente— cruciales para Venezuela. Desde hace meses no se daba un punto de inflexión tan claro ni tan cargado de expectativas, tensiones internacionales y simbolismos políticos capaces de alterar la dirección del conflicto venezolano.
Lo que ocurra entre hoy y los próximos quince días moldeará la narrativa de 2026, el equilibrio de poder interno y el margen de maniobra de quienes aún apuestan a una transición democrática. Como dice Víctor Escalona: “A veces, el verdadero cambio no empieza en la calle, sino en lo que decides pensar cada mañana.” Y hoy, millones de venezolanos se levantan pensando que algo está a punto de definirse.
El Nobel de María Corina: más que un viaje, un movimiento estratégico
En el centro del escenario está un gesto cargado de simbolismo: la posible presencia de María Corina Machado en la ceremonia del Premio Nobel de la Paz en Oslo. No se trata solo de si viajará o no. El verdadero significado está en lo que este desplazamiento representaría.
1. Si asiste presencialmente
Sería la primera vez, desde enero de 2025, que aparecería públicamente fuera del territorio venezolano. Ese hecho abriría interpretaciones:
- Para sus detractores: “abandonó” el país.
- Para quienes la apoyan: recuperó libertad de acción.
- Para la comunidad internacional: Maduro perdió control sobre ella.
Lo fundamental no es su presencia en Oslo, sino su regreso o no retorno inmediato a Venezuela. Si no volviera, podría interpretarse como una decisión estratégica para evitar persecución, para operar desde un espacio seguro o para elevar la presión internacional sobre el régimen.
2. Si no asiste presencialmente
El chavismo intentará venderlo como una “derrota” de María Corina. Pero sería lo contrario: su ausencia confirmaría que Maduro teme dejarla salir porque perdería la poca capacidad de control simbólico que le queda.
Peor aún para el régimen: reforzaría la narrativa global de que Venezuela funciona como una gran prisión política donde los opositores relevantes no pueden moverse libremente.
Las falsedades del régimen: la propaganda del “ella se fue en enero”
Durante meses, voceros del chavismo —y ciertos personajes irresponsables con canales de YouTube y cuentas en redes sociales— insistieron en que María Corina “salió del país en enero de 2025”. Una mentira repetida, sostenida y convertida en campaña.
¿Por qué lo hicieron? Muy simple:
- Para debilitar su legitimidad entre seguidores.
- Para sembrar confusión dentro de la oposición.
- Para justificar futuras detenciones o restricciones.
- Para desacreditar su liderazgo internacional.
Pero la realidad es terca. Ella estuvo, ha estado y sigue estando en Venezuela. Y todo indica que el chavismo ya no sabe cómo contener su proyección.
El cambur verde mancha: ¿qué hará Trump con Maduro?
La otra variable fundamental de estas semanas es la postura de la administración Trump. Estados Unidos y Venezuela entraron desde septiembre en un Chicken Game: ambos aceleran hacia un choque político y diplomático, esperando que el otro sea quien se desvíe primero.
¿Cuáles son los escenarios?
Escenario A: Trump aumenta la presión.
- Nuevas sanciones económicas.
- Restricciones petroleras más duras.
- Presión diplomática coordinada con aliados.
- Mensajes indirectos al alto mando militar venezolano.
Escenario B: Maduro se atornilla.
- Alineación total con Irán, Rusia y China.
- Incremento de represión interna.
- Discurso antiimperialista renovado.
- Búsqueda de nuevos mecanismos financieros ilegales.
Escenario C: Negociación real.
- Mediación internacional efectiva.
- Garantías para actores del régimen.
- Acuerdos de transición supervisados.
- Cronograma electoral verificable.
La gran interrogante es cuál de estos caminos prevalecerá. Las fuentes en Washington afirman que Trump no quiere repetir los errores de 2019: no habrá juegos simbólicos ni promesas abstractas. Si juega fuerte, será con un objetivo claro.
Ver análisis geopolíticos de Víctor Escalona en YouTube
¿Jaque mate? No tan rápido. Esto es un juego infinito
Muchos venezolanos quieren ver un final claro: “Maduro cae ya” o “Maduro nunca caerá”. Pero ambos extremos ignoran algo esencial: la dinámica venezolana no es finita.
Si cae Maduro, la transición no será inmediata ni sencilla. Si no cae, tampoco significará estabilidad. Lo único predecible es la persistencia del conflicto.
Las próximas dos semanas no definirán el final, pero sí el ritmo, la dirección y el alcance del proceso político que viene. Y ese proceso será —como siempre en Venezuela— una combinación compleja de fuerza, narrativa, diplomacia y resistencia social.
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Preguntas frecuentes
1. ¿Por qué las próximas dos semanas son tan importantes para Venezuela?
Porque coinciden decisiones internacionales clave, movimientos internos de la oposición y definiciones estratégicas del régimen.
2. ¿El viaje de María Corina puede cambiar el curso político?
Sí. Su presencia o ausencia en Oslo tiene implicaciones simbólicas, diplomáticas y operativas que impactan el conflicto venezolano.
3. ¿Puede Trump realmente forzar una transición?
Tiene herramientas de presión que podrían inclinar el tablero, pero ninguna garantiza un desenlace inmediato.
Conclusión: dos semanas que valen por veinte años
Lo que está en juego no es solo un viaje, una ceremonia o un discurso. Es la redefinición de un país entero. Las próximas dos semanas no resolverán veinte años de tragedia nacional, pero sí marcarán la dirección de lo que viene: transición, resistencia, ruptura o continuidad.
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