Javier Torres, Alejandro Lanuza, Gisela Gaytán y Jaime Damaso querían ser presidentes municipales. Miriam Nohemí Ríos y Mauro Hernández, regidores. Samantha Fonseca, senadora. Y Yair Martín Romero, diputado.
Pero no lograron su objetivo, ya que fueron
asesinados durante las campañas que esta semana culminan en México con
miras a las elecciones generales del próximo domingo, y que serán las
más grandes de su historia porque, además de la presidencia, hay 20.000
cargos en juego.
De acuerdo con un reporte de
la organización Causa en Común, las víctimas forman parte de la lista de
32 personas que se postularon a algún puesto pero terminaron muertas,
en la mayor parte de los casos, ejecutadas a tiros.
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