RadioAmericaVe.com / Editorial.
Sin instituciones armadas al servicio de la República, no habrá democracia que renazca.

La transformación de la FANB no es solo necesaria: es condición esencial para reconstruir la nación.
La historia reciente de Venezuela ha dejado una enseñanza dolorosa, pero irrefutable: sin una Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) despolitizada, profesional y subordinada al poder civil legítimo, la democracia será siempre una promesa frustrada. No basta con cambiar presidentes, partidos o constituciones. El rescate de la República pasa inexorablemente por rescatar a sus fuerzas armadas de la podredumbre en la que las hundieron.
A lo largo de los últimos editoriales hemos desnudado los males que aquejan hoy a la FANB: corrupción generalizada, narcotráfico, sumisión a intereses extranjeros, represión interna y perversión de sus organismos de inteligencia. Ahora, es el momento de trazar una ruta para su recuperación.
Una nueva Venezuela necesitará reformar profundamente las estructuras militares, comenzando por la depuración absoluta de oficiales involucrados en violaciones de derechos humanos, narcotráfico, corrupción o actividades políticas partidistas. Esta purga no podrá ser tibia ni cosmética: será radical o será inútil.
Junto con la depuración, será necesario redefinir la formación militar. Los nuevos cadetes deberán recibir instrucción bajo principios democráticos, de respeto a los derechos humanos, de amor verdadero por la patria y de obediencia estricta a la Constitución, no a individuos o partidos.
Cada batallón, cada comando, cada unidad deberá convertirse en un bastión de dignidad republicana. Para ello, habrá que reestructurar las cadenas de mando, eliminar cuerpos paralelos de inteligencia política y garantizar la carrera militar basada en el mérito y no en la adulancia o el servilismo.
Ninguna nación puede ser libre si sus armas están en manos de quienes traicionan al pueblo. La FANB debe ser devuelta a su misión original: defender la soberanía nacional frente a amenazas externas, resguardar el orden interno respetando los derechos fundamentales, y servir como columna vertebral de la institucionalidad democrática.
Desde esta tribuna, hacemos un llamado a los militares honestos que aún laten en el corazón de la Fuerza Armada. A ustedes les tocará jugar un papel histórico: ser parte de la reconstrucción de la República o seguir hundidos en el fango de la dictadura.
Hoy, Venezuela necesita soldados, marinos, aviadores y guardias que entiendan que su lealtad es al pueblo, no a una cúpula criminal. Necesita oficiales que prefieran el honor al miedo, la Constitución a la sumisión, la dignidad a la corrupción.
Cuando llegue la hora —y llegará— los venezolanos mirarán hacia sus fuerzas armadas buscando aliados en la restauración nacional. Esa mirada será de esperanza... o de juicio. Ustedes decidirán de qué lado de la historia estarán.
Venezuela aún puede salvarse. Pero la recuperación comienza —y sólo será posible— cuando su Fuerza Armada Nacional Bolivariana vuelva a ser lo que siempre debió ser: la columna vertebral de la libertad y la democracia.
RadioAmericaVe.com / Editorial.
Victor Julio Escalona
Editor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario