SECCIÓN: ECONOMÍA | RadioAmericaVe.com
Con un fondo patrimonial de 53.000 millones de dólares, Harvard no solo educa a las élites del mundo: también maneja un músculo financiero que la hace intocable, incluso ante las amenazas del expresidente Trump.
"Universidad más rica del mundo"

Mientras muchas universidades luchan por mantener sus operaciones, reducir matrículas o evitar cierres de programas, Harvard juega en otra liga. Y no se trata solo de prestigio académico, sino de algo más tangible: dinero, mucho dinero. Con un endowment de US$53.000 millones, Harvard tiene más recursos que el Producto Interno Bruto de 120 países, incluidos Islandia, Bolivia y Honduras. Esta descomunal cifra no es una casualidad, sino el resultado de una fórmula agresiva y brillante de acumulación de capital que lleva más de un siglo en marcha.
El músculo financiero de una universidad-Estado
Cuando Donald Trump amenazó con congelar US$2.200 millones en fondos federales destinados a Harvard, alegando diferencias sobre políticas de contratación y enseñanza, la universidad apenas se inmutó. ¿La razón? Con US$53.000 millones en sus arcas, Harvard tiene suficiente para financiar su operación sin depender de Washington. Este dato, por sí solo, es un mensaje silencioso pero potente: ni la presión de un presidente puede doblegar al gigante.
Esa autonomía, tan envidiada como criticada, no es accidental, sino el fruto de una política férrea de atracción de donaciones, inversiones estratégicas y un modelo de gestión casi empresarial.
Cómo Harvard se volvió más rica que muchos países
El secreto del éxito financiero de Harvard radica en tres pilares:
- Donaciones millonarias y fidelización de exalumnos:
Harvard ha perfeccionado el arte de cultivar relaciones con sus exalumnos. No importa si eres Mark Zuckerberg o un empresario anónimo de Ohio: si pasaste por sus aulas, probablemente estarás dispuesto a contribuir. En 2022, recibió más de US$1.000 millones en donaciones. - Inversiones diversificadas y agresivas:
Lejos de limitarse a bonos o acciones tradicionales, el endowment de Harvard invierte en capital privado, bienes raíces, fondos de cobertura, infraestructura y tecnología emergente. Su equipo de inversión es uno de los más sofisticados del mundo académico, superando en rentabilidad a muchos fondos de inversión tradicionales. - Gestión de costos con visión empresarial:
A pesar de sus recursos, Harvard opera con una estructura financiera rigurosa. Cada dólar cuenta, y cada programa debe justificar su existencia. La universidad funciona como una multinacional educativa con una estrategia de expansión de influencia global.
Autonomía frente al poder político
La historia reciente demostró que la riqueza de Harvard la "universidad más rica del mundo" no solo compra infraestructura o talento: compra independencia. Cuando Trump intentó condicionar fondos federales a cambios estructurales en las universidades más liberales del país, Harvard fue de las pocas que pudo mirar al gobierno sin miedo. Mientras otras instituciones se doblegaron o negociaron, Harvard simplemente dijo “no”, amparada en su seguridad financiera.
Este hecho plantea un debate clave: ¿debe una universidad tener tanto poder económico como para desafiar a un presidente? ¿Y qué consecuencias tiene esto para la educación global?
Una máquina de poder global
Harvard no solo forma líderes. Los financia, los posiciona y los protege. Su fondo permite otorgar becas, abrir sedes globales, financiar investigaciones de frontera y atraer a los mejores profesores del mundo. En otras palabras, es un actor geopolítico con cara de universidad.
Algunos críticos han comenzado a señalar que este poder debería ser regulado. Otros, en cambio, aplauden su independencia como modelo a seguir en tiempos donde la educación pública agoniza por falta de fondos.
¿El futuro de la educación está en Wall Street?
Harvard es hoy el ejemplo más acabado de cómo la educación y las finanzas se han fusionado. Ya no basta con formar buenos profesionales: hay que hacerlo con autonomía, visión global y poder económico. Y en ese juego, Harvard juega a ganar.
En un mundo donde las universidades públicas sobreviven con presupuestos recortados, Harvard marca un camino distinto: el del conocimiento blindado por el capital. Y quizás sea ese el verdadero legado que busca dejar.
RadioAmericaVe.com / Economía
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