Empujada por los temores a una severa escasez, España aumentó los últimos días la compra de petróleo venezolano, antes de que entren en vigencia las sanciones.
Según datos de Cores, organismo dependiente del Ministerio de Energía y Medio Ambiente de España, el país importó 449 mil toneladas de petróleo venezolano entre enero y febrero, un 59 por ciento más que en el mismo periodo de 2024.
El repunte se produce mientras se acerca el 27 de mayo,
fecha límite fijada por Estados Unidos para que las compañías extranjeras
reduzcan sus operaciones con la estatal venezolana Pdvsa, así como la amenaza
de sanciones a quienes compren, a partir de esa fecha, petróleo o gas a
Venezuela.
Las importaciones de crudo venezolano por parte de España
se dispararon durante los dos primeros meses de 2025 en comparación con el
mismo periodo del año anterior, en un contexto marcado por la inminente
expiración de permisos de operaciones por Estados Unidos contra el sector
energético venezolano.
La administración del presidente estadounidense Donald
Trump endureció su postura la semana pasada al anunciar un arancel del 25 por
ciento sobre los productos provenientes de países que compren crudo y gas
venezolanos.
Además, revocó autorizaciones otorgadas previamente a
socios internacionales de Pdvsa, en un intento por asfixiar financieramente al
gobierno de Nicolás Maduro.
Entre las empresas afectadas figura Repsol, la mayor
petrolera española, que bajo una licencia emitida por la administración
anterior había recibido petróleo venezolano como forma de pago de deudas.
La compañía elevó significativamente sus importaciones el
año pasado y actualmente mantiene negociaciones con Washington para explorar
vías que le permitan seguir operando en Venezuela sin incumplir las nuevas
restricciones.
Este aumento en las compras de crudo se interpreta como
un intento por asegurar suministros antes de que entren en vigor las nuevas
sanciones.
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