RadioAmericaVe.com / Opinión
Mientras se rasgan las vestiduras por causas globales, México, Colombia y Brasil miran hacia otro lado ante las atrocidades en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El precio del silencio es la complicidad.

Artículo de opinión para RadioAmericaVe.com – Lunes editorial
Hay silencios que duelen más que las palabras. En nombre de la justicia, la igualdad o la soberanía, líderes políticos de la izquierda continental —desde AMLO en México, pasando por Petro en Colombia, hasta Lula da Silva en Brasil— han adoptado una cómoda postura de silencio, cuando no de complicidad, frente a las peores atrocidades cometidas por los regímenes autoritarios de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Y lo más grave: lo hacen en nombre de la democracia.
Ninguno se inmuta cuando en Caracas se encarcela a jóvenes por manifestar. Cuando se persigue a opositores por ganar una elección. Cuando se allanan residencias diplomáticas. Cuando se tortura a sindicalistas, a periodistas, a activistas. Cuando se manipula el sufragio, se secuestra el sistema judicial y se reprime con brutalidad a los que se atreven a levantar la voz.
📌 ¿Dónde están los “demócratas” cuando más se les necesita?
Es curioso cómo estos gobiernos se indignan ante abusos policiales en EE.UU. o Israel, pero no se pronuncian cuando un opositor muere bajo custodia en El Helicoide o cuando la prensa es censurada sistemáticamente en Cuba.
¿Será que los derechos humanos tienen color ideológico? ¿Que la democracia solo vale si el dictador es de derecha?
¿O simplemente que el cálculo político y las alianzas del Foro de São Paulo pesan más que la sangre derramada por miles de inocentes?

Desde México, López Obrador prefiere mirar “pal techo” ante las elecciones fraudulentas del 28 de julio en Venezuela. Ni una palabra sobre los 900 presos políticos. Ni una condena por la inhabilitación de María Corina. Ni siquiera un gesto solidario hacia las madres que claman por justicia.
Petro en Colombia va más allá. Justifica la represión en nombre de la “soberanía” y hasta afirma que presionar a Maduro puede causar más migración. Como si el hambre, el caos y la desesperanza que empujan a millones a huir no fueran precisamente consecuencia directa del régimen.
Y Lula, desde Brasil, se convierte en la gran decepción. Habiendo sido víctima del lawfare y la prisión injusta, no levanta la voz ante Daniel Ortega, quien ha encarcelado incluso a sacerdotes y confiscado universidades. ¿Dónde quedó la memoria histórica del progresismo?
🤔 La complicidad también es un crimen
Este editorial no busca atacar banderas ideológicas. La izquierda tiene causas nobles que han marcado historia. Pero eso no excusa la traición a los principios democráticos cuando se silencian las violaciones de los propios aliados.
Hoy, en nombre de la supuesta “no injerencia”, se validan dictaduras que destruyen naciones y siembran el terror.
La izquierda latinoamericana debe decidir de qué lado está: del poder a toda costa o de los pueblos que sufren. De las urnas o del autoritarismo. De la libertad o del servilismo.
La historia no olvida. Y la conciencia tampoco.
"¿Y tú qué opinas? Comparte esta voz editorial".
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