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martes, 29 de abril de 2025

Venezuela en pausa: un país que no arranca mientras la economía se desploma

 RadioAmericaVe.com / La Voz Del Lector

La parálisis económica y la desconfianza matan el consumo mientras las elites invierten afuera y el pueblo aguanta la tormenta.

Venezuela paralizada: consumo en caída y economía sin rumbo en abril 2025


La economía venezolana se encuentra paralizada, sin consumo ni inversión. Este artículo analiza las causas del estancamiento y la responsabilidad compartida de empresarios, políticos y ciudadanos.

 

Es el último martes de abril. En la calle, el ambiente es gélido, no por el clima, sino por la quietud. Restaurantes vacíos, tiendas cerradas, conversaciones apagadas. Venezuela, en pleno calendario, aún no ha arrancado. Y lo peor es que pocos se atreven siquiera a preguntar por qué.

 

Esta semana se celebra el Día del Trabajador. Paradójicamente, el país se siente sin pulso productivo. Mientras tanto, un importador de renombre se sienta a almorzar en un local casi desierto. Su comentario, casi como sentencia, retumba con más fuerza que el silencio del salón: “Este año no traigo nada para diciembre. ¿No has visto cómo está el consumo? ¡La gente no tiene un centavo para gastar!”.

 

No se trata de una exageración. El consumo privado en Venezuela cayó un 2,7% en el primer trimestre del año, según cifras extraoficiales, ya que las oficiales brillan por su ausencia. La economía sigue estancada en una dinámica de supervivencia, donde comprar lo básico representa un lujo, y pensar en invertir parece un chiste de mal gusto.

 

El empresario que almuerza no regresará a su oficina. Tiene una partida de golf. Invirtió hace tiempo en el extranjero y hoy puede vivir sin preocuparse por la inflación, el encaje legal o el tipo de cambio. En resumen: sacó el pie del pantano antes de que fuera demasiado tarde. Y como él, muchos. Porque, aunque suene crudo, invertir hoy en Venezuela —salvo que no puedas sacar el dinero— es una decisión para valientes o para quienes no tienen otra opción.

 

Mientras tanto, el país sigue esperando un milagro que no llega. La inflación pulveriza los ingresos. La dolarización espontánea se ahoga en su propia incoherencia. El crédito bancario no existe. Los comerciantes, que sobrevivieron al huracán de 2017, al apagón de 2019 y a la pandemia, ahora se enfrentan a un enemigo aún más silencioso: la desesperanza.

 

Y la pregunta de fondo es: ¿Dónde están los que prometieron reconstruir? ¿Dónde quedaron los grandes discursos de patria y soberanía? Hoy, cuando el país necesita que le pongan el hombro, parece que todos están mirando hacia otro lado.

 

No hay movimiento, ni política, ni propuestas. Solo titulares de comicios vacíos, farsas electorales y listas de “opositores” que hacen sonrojar hasta al más cínico. El régimen ha conseguido lo que parecía imposible: anestesiar a la nación. No con represión —aunque la hay— sino con agotamiento.

 

Pero Venezuela no es un cadáver. Es una nación en coma inducido. Y aunque hoy el horizonte parezca oscuro, es en estos momentos cuando se pone a prueba la conciencia colectiva. ¿Vamos a seguir esperando que todo mejore solo, o vamos a espabilarnos y salir del letargo?

 

Este artículo no pretende ofrecer soluciones mágicas. Pero sí quiere sacudir conciencias. Porque como dijo alguien hace poco: “Este país no se arregla con milagros, se arregla con coraje”.

 

RadioAmericaVe.com / La Voz Del Lector.

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