Lo que tienen en sus manos los cardenales electores en el proceso de designación del sucesor del Papa Francisco, no será nada fácil: por primera vez en la historia hay tantos electores y papables que nunca.
Este es un cónclave de superlativos. El 7 de mayo de 2025 entraron en la Capilla Sixtina de El Vaticano más cardenales de la Iglesia católica que en cualquier elección papal anterior.
Ciento treinta y tres purpurados están en las deliberaciones a puertas cerradas hasta que se logre una mayoría suficiente para elegir un nuevo jefe de la Iglesia.
Hay otro récord, destaca
la agencia alemana noticias DW. Los cardenales proceden de 71 países, en tanto
que la última elección papal, en 2013, participaron 48 países, mientras que en
la elección anterior, en 2005, fueron 52 países.
Durante doce años, el Papa
Francisco, fallecido el lunes de Pascua, el 21 de abril pasado, a los 88 años,
trabajó para hacer de la Iglesia católica, con sus actuales 1.400 millones de feligreses,
una iglesia más universal, y para acabar con su enfoque europeo. Fueron doce
años en los que rompió con los hábitos anteriores sobre quién llega a ser
cardenal en el mundo y qué carácter tiene el Colegio Cardenalicio.
Pero, ¿qué significa
esto para las deliberaciones que tienen lugar en el cónclave, y para los días
siguientes en la Capilla Sixtina? "Hoy en día, el resultado de las
elecciones es, en general, más difícil de predecir, porque el Colegio
Cardenalicio es más heterogéneo en cuanto a nacionalidades y a culturas",
explicó a DW el historiador eclesiástico de Augsburgo, Jörg Ernesti, experto en
el papado.
Sin embargo, el día en
que falleció el Papa Francisco, muchos medios lanzaron la pregunta:
"¿Quién será el próximo?” Pronto comenzaron a circular diversos nombres.
Las apuestas aumentan, y las especulaciones también.
Como fuere, con la
pluralidad en el círculo de los electores crece también la importancia de los
eventos que comenzaron antes de las exequias de Francisco, y que se extienden
hasta las congregaciones generales.
Importante: la mayoría
de los purpurados proviene actualmente de otras regiones del mundo, ya no de
Europa, según Ernesti.
Estas congregaciones
generales, en las que participan los cardenales papables de menos de 80 años y
también los purpurados de mayor edad, son el lugar adecuado para conocerse,
explica el experto. El cónclave mismo "está fuertemente ritualizado y, de
seguro, no es un intercambio parlamentario como en la política”, subraya.
Llama la atención que,
luego de un día o dos de la muerte del Papa Francisco, se manifestaran
cardenales prominentes que podrían marcar el rumbo del cargo. Por ejemplo, el
arzobispo Jean-Claude Hollerich (66), de Luxemburgo, el filipino Luis Antonio
Tagle (67), que ocupa un puesto destacado en una de las autoridades del
Vaticano, y otros.
Una escena al azar:
mientras uno de los cardenales africanos paseaba por las calles cercanas al
Vaticano, alguien se le acercó y le preguntó: "¿Ha llegado el momento de
tener un Papa de África?". Cuando lo confrontaron, él simplemente extendió
su mano al cielo sin decir palabra.
Hay posibilidades.
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