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"La alianza con China no salvó a Venezuela… la arrastró más hondo en el abismo petrolero."

Maduro busca rescatar la industria petrolera con China. ¿Será suficiente o terminará en nuevo control del régimen? Lee nuestra opinión.
El espejismo de la industria petrolera bajo asedio
El régimen de Nicolás Maduro ha lanzado una desesperada maniobra: endosarle a China la responsabilidad de rescatar la industria petrolera venezolana. Este intento de salvar la producción de barriles se presenta —por momentos— como una tabla de salvación. Sin embargo, tras ese espejismo brilla una verdad: sin cambios estructurales —reales— el paÃs seguirá hundiéndose en el pozo petrolero del abandono.
El colapso energético y la ilusión china
Venezuela pasó de extraer 2,7 millones de barriles por dÃa a apenas 600.000. Una caÃda desoladora provocada por mala gestión, corrupción y sanciones. Maduro asigna culpas externas, señala a Chevron y amenaza con acusaciones internacionales, pero la realidad indica que sin una estrategia económica sólida no hay futuro para la industria petrolera vibrante vierne5.com+15vierne5.com+15vierne5.com+15.
Ahora Beijing llega con cautela. China no es Estado caritativo. Es un inversionista pragmático, que mide riesgo contra rentabilidad. A diferencia de Rusia, cuya motivación puede ser geopolÃtica, China exige condiciones claras: seguridad jurÃdica, marco tributario estable, y retorno tangible. Nada de eso existe hoy bajo el control del PSUV.
El costo polÃtico del rescate petrolero chino
Iniciar inversiones petroleras exige apertura, transparencia y separación entre ganancias y prebendas polÃticas. Hoy, Venezuela no ofrece más que riesgos: el dominio absoluto del PSUV, la influencia militar en el aparato petrolero y la corrupción institucional reconocida por sanciones de EE.UU. hacia PDVSA y Citgo, asà como su filial Citgo . China no ignorará estas alertas.
Las posibles consecuencias: un empeoramiento en la negociación, una oferta condicionada —que al final termine en control chino absoluto— o simplemente un rechazo total a invertir en el paÃs.
¿Salvación o sujeción?
Una inversión con cadenas
China no entregará cientos de miles de millones sin recibir garantÃas. Eso implica compromiso polÃtico. Al alinearse con China, el PSUV cederá posiciones. En paralelo, ciudadanos y opositores verán cómo el poder se reparten entre dictadura y régimen comunista. AsÃ, la sujeción podrÃa ser tan intensa que la liberación sea aún más lejana.
El riesgo geopolÃtico
El respaldo silencioso de Rusia, Irán y ahora China fortalece el cerco autoritario. Y aunque esto dé oxÃgeno a Maduro ahora, a mediano plazo significará aislarse aún más del mundo democrático. Las sanciones de EE.UU. y Europa no cederán ante acuerdos con Beijing. Quizás empeoren.
¿Existe alternativa real?
La urgente recuperación de la industria petrolera no deberÃa depender de potencias extrañas. Debe sustentarse en reformas locales: transparencia fiscal, redefinición del marco laboral y de inversión, reestructuración de PDVSA, regreso del Estado de derecho. Sólo asà se puede reactivar la producción en serio, sin comprometer la soberanÃa nacional.
Además, es imprescindible la correlación con actores internacionales que estén alineados con principios democráticos.
Conclusión: rescate con condiciones… o rendición silenciosa
Maduro apuesta a que China se haga cargo del desastre petrolero. Pero detrás de esa jugada hay más que barriles: hay riesgo, dependencia y renuncia a la autonomÃa. La industria petrolera necesita recuperación inmediata, pero no a costa del paÃs.
Es momento de exigir un gran pacto nacional por el fortalecimiento energético, que incluya sanciones inteligentes, apoyo multilateral orientado a reformas, y vigilancia para impedir que la soberanÃa venezolana termine en manos extranjeras.
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