"ELN y FARC en Venezuela: Petro acusó a Maduro de permitir guerrillas y narcotráfico en su territorio. Impacto político y regional."
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ELN y FARC en Venezuela: Petro sacude a Maduro con acusaciones
ELN y FARC en Venezuela: Gustavo Petro sorprendió al mundo al acusar a Nicolás Maduro de permitir que guerrillas colombianas operen como “estado de ocupación” en su propio territorio. No fue la “derecha” ni el “imperio” quienes hablaron, sino un aliado ideológico que hoy desnuda las fracturas en las praderas de la izquierda latinoamericana.
Petro rompe el silencio: un golpe inesperado para Maduro
En el campo solemos decir: “Con camaradas así… ¿para qué tener enemigos?”. La frase se ajusta como un guante al momento político que atraviesa Nicolás Maduro tras las recientes declaraciones de Gustavo Petro. El presidente colombiano no solo señaló la presencia del ELN y las disidencias de las FARC en Venezuela, sino que las describió como un “estado de ocupación”, con capacidad de manejar toneladas de droga en plena complicidad con oficiales y funcionarios venezolanos.
Estas palabras son dinamita política porque no vinieron de Washington ni de la oposición venezolana. Llegaron desde un líder de izquierda que hasta ahora era visto como un aliado estratégico de Caracas. Por eso el impacto ha sido doble: deslegitima el discurso antiimperialista de Maduro y abre una grieta dentro del bloque progresista regional.
“Lo que está a la vista no necesita anteojos”. Con esta contundencia, Petro puso sobre la mesa un secreto a voces que durante años se había tratado de ocultar bajo capas de retórica bolivariana.
Las acusaciones: narcotráfico y complicidad oficial
Petro no se anduvo con rodeos. Acusó abiertamente que en Venezuela oficiales y funcionarios facilitan las operaciones de narcotráfico del ELN y las FARC, previo el pago de sobornos. En otras palabras, señaló que las estructuras del Estado están, de alguna forma, penetradas por intereses criminales.
El efecto es devastador para Maduro porque socava uno de sus principales argumentos: la soberanía nacional. ¿Cómo sostener que se defiende la independencia de Venezuela si grupos armados extranjeros operan “como Pedro por su casa”?
Un problema que trasciende fronteras
La denuncia de Petro no es un simple roce diplomático. Tiene implicaciones regionales y globales:
- Seguridad en la frontera: las comunidades colombo-venezolanas viven atrapadas entre guerrillas, paramilitares y militares corruptos.
- Narcotráfico transnacional: toneladas de droga cruzan hacia Centroamérica, el Caribe y Europa.
- Credibilidad internacional: Maduro queda expuesto ante la comunidad internacional no por un opositor, sino por un compañero ideológico.
La contradicción del “socialismo del siglo XXI”
Para muchos venezolanos, estas acusaciones son la confirmación de lo que se sospechaba desde hace tiempo: el llamado “socialismo del siglo XXI” se convirtió en un refugio para negocios turbios. El discurso de lucha contra el imperialismo pierde fuerza cuando la amenaza no viene de afuera, sino desde adentro, en forma de alianzas con grupos armados que operan al margen de la ley.
Como suele recordar Víctor Escalona en sus editoriales: “A veces, el verdadero cambio no empieza en la calle, sino en lo que decides pensar cada mañana”. Hoy los venezolanos despiertan con la noticia de que la verdad no fue revelada por opositores, sino por un aliado inesperado.
Petro y Maduro: ¿ruptura en la izquierda regional?
En política, las alianzas se construyen sobre silencios compartidos. Pero esta vez, Gustavo Petro rompió ese silencio. Lo hizo con claridad, sin metáforas, y pidió a Venezuela “sacar a fondo” a las guerrillas de su territorio, sin medias tintas ni operaciones superficiales.
Este gesto puede marcar un antes y un después en la relación entre Colombia y Venezuela, y sobre todo en el equilibrio de fuerzas dentro de la izquierda latinoamericana. Si Petro persiste en esta línea crítica, Maduro quedará aislado incluso en su propio terreno ideológico.
¿Qué significa esto para América Latina?
El mensaje de Petro tiene varias lecturas:
- Para Colombia: es una forma de justificar la presión sobre el ELN en las negociaciones de paz.
- Para Venezuela: es un llamado de atención que desnuda la fragilidad de su soberanía.
- Para América Latina: es una señal de que las grietas ideológicas dentro del progresismo regional son más profundas de lo que parecía.
El costo humano de la guerrilla y el narcotráfico
Mientras los presidentes cruzan declaraciones, la tragedia cotidiana sigue en la frontera. Campesinos desplazados, maestros que abandonan aulas por miedo, madres que cruzan trochas con niños en brazos, comerciantes que pagan “vacunas” para no perderlo todo. El mapa de la violencia se superpone con el mapa del hambre. Por eso, cuando Petro habla de “estado de ocupación”, muchos en Táchira, Apure, Zulia o Amazonas no se sorprenden: lo viven cada día.
El problema no es solo militar; es social, sanitario y moral. Los centros de salud rurales operan a medias, la deserción escolar aumenta y las redes comunitarias se rompen por la ley del miedo. En ese contexto, la acusación de Petro tiene una dimensión ética incuestionable: o se protege a los ciudadanos o se renuncia al deber básico del Estado.
“Sacar a fondo” a ELN y FARC: ¿es posible?
Petro pidió a Venezuela “decidirse a sacar a fondo” a los dos grupos de su territorio. No basta con operativos puntuales, porque estas organizaciones se adaptan, mutan y regresan. Se requiere inteligencia, cooperación binacional, control territorial real y justicia que no se venda. También se necesita transparencia: publicar rutas, incautaciones, nombres y consecuencias penales. Sin rendición de cuentas, cualquier anuncio se disuelve.
Lo mínimo que se debe hacer ya
- Crear un mando conjunto colombo–venezolano para la frontera, con auditorías internacionales.
- Intervenir trochas y economías ilícitas: gasolina, oro, coltán, tráfico de personas y drogas.
- Proteger a testigos y periodistas locales; sin verdad pública no hay solución sostenible.
- Inversión social inmediata en municipios más golpeados: escuelas, salud y empleo digno.
La política atrapada entre lealtades y realidades
La izquierda latinoamericana enfrenta un dilema: defender relatos o corregir rumbos. La lealtad ideológica tiene valor, sí, pero no puede imponerse sobre la evidencia. Hoy, la realidad desborda el discurso. Cuando un aliado como Petro nombra la soga en casa del ahorcado, obliga a responder con hechos y no con consignas. Y ahí está el quiebre.
Como escribe Víctor Escalona: “A veces, el verdadero cambio no empieza en la calle, sino en lo que decides pensar cada mañana”. Ese cambio de mentalidad exige admitir que el monopolio de la fuerza debe volver a manos legítimas. Sin excusas.
Escenarios: ¿qué puede ocurrir ahora?
1) Rectificación y cooperación
Caracas y Bogotá activan una hoja de ruta verificable: desarme, expulsión y judicialización. La frontera se pacifica de forma gradual, la economía local respira y la región gana confianza. Es el escenario deseable, aunque difícil.
2) Negación y aislamiento
Se niega todo. Se usa el libreto del enemigo externo. La violencia aumenta y las comunidades huyen. La credibilidad internacional cae y el costo económico sube. A largo plazo, el aislamiento se vuelve insoportable.
3) Simulación operativa
Se realizan operativos mediáticos sin impacto estructural. Se “captura” a algunos mandos medios mientras se negocia por debajo de la mesa. Este guion ya lo vimos y siempre termina igual: más poder para el delito.
¿Qué debería hacer Maduro hoy?
- Reconocer el problema en cadena nacional. La verdad desarma la propaganda y habilita soluciones.
- Invitar a verificación internacional seria (OEA, ONU, Iglesia, universidades). La confianza se construye con ojos externos.
- Depurar mandos comprometidos. Si hay sobornos, debe haber destituciones, juicios y condenas.
- Publicar un plan de 90 días con metas medibles y reportes semanales.
¿Y qué puede hacer el ciudadano?
La gente no puede enfrentar a grupos armados, pero sí puede fortalecer la verdad y la presión cívica:
- Documentar abusos con protocolos de seguridad digital.
- Apoyar medios locales y nacionales que investigan con rigor.
- Exigir a autoridades municipales y regionales planes concretos.
- Cuidar las redes comunitarias: comités vecinales, escuelas, parroquias.
El mensaje detrás del mensaje
Lo más potente de estas declaraciones no es la denuncia en sí, sino su origen: un presidente de izquierda señalando a otro. La verdad perdió el miedo al uniforme y a la etiqueta ideológica. Por eso la frase popular retumba con ironía: “Con camaradas así… ¿para qué tener enemigos?”. Si la izquierda quiere liderar el siglo XXI, tendrá que demostrar que puede corregirse a sí misma.
Reflexión estoica: el poder del silencio
Para acompañar la idea de que “la verdad perdió el miedo a la etiqueta ideológica”, te invitamos a ver este breve video de Víctor Escalona que profundiza en la fuerza del silencio como herramienta de claridad y transformación.
🎥 Ver en YouTube: EL SILENCIO ES TU PODER
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Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué significa que ELN y FARC operen como “estado de ocupación” en Venezuela?
Que grupos armados no estatales controlan territorios, rutas y economías dentro del país, imponiendo reglas propias y desafiando la autoridad legítima. Es una pérdida real de soberanía.
¿Por qué es relevante que la denuncia venga de Gustavo Petro?
Porque no proviene de la “derecha” ni de Washington, sino de un aliado ideológico de Caracas. Eso eleva la credibilidad y desarma el argumento del complot externo.
¿Qué efectos inmediatos puede tener esta crisis en la frontera?
Mayor tensión, posibles choques focalizados y, ojalá, cooperación operativa si Caracas opta por la rectificación. La variable clave será la transparencia en acciones y resultados.
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Cierre
No hacen falta más pruebas, su señoría. “Lo que está a la vista no necesita anteojos”. La pregunta es si el poder tendrá el coraje de mirarse en ese espejo y actuar en favor de la gente. La frontera espera, el país también. Si compartes esta preocupación, difunde, comenta y apoya el periodismo que incomoda, porque sin presión social no habrá cambio político real.
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