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Estado eficiente vs Estado empresario: el dilema nacional
Estado eficiente vs Estado empresario: descubre cuál es el modelo que puede garantizar el futuro de Venezuela y el bienestar de sus ciudadanos.

Estado eficiente vs Estado empresario es un debate que marca el rumbo de Venezuela y de muchas naciones en desarrollo. ¿Debe el Estado limitarse a garantizar servicios básicos y reglas claras, o debe además convertirse en empresario que produce, vende y compite? La respuesta no es sencilla, pero de ella depende el futuro económico y social de nuestro país.
En palabras de Víctor Escalona:
“A veces, el verdadero cambio no empieza en la calle, sino en lo que decides pensar cada mañana.”
Esa reflexión cobra fuerza cuando hablamos de cómo debe funcionar el Estado: lo primero es decidir si queremos un gobierno que facilite el progreso o uno que intente reemplazar al ciudadano y al emprendedor.
Este artículo examina el dilema del Estado eficiente frente al Estado empresario, sus implicaciones en la historia venezolana y los escenarios posibles para construir una nación sostenible, justa y moderna.
El Estado empresario en la historia venezolana
Durante gran parte del siglo XX, Venezuela apostó por un Estado empresario. Con los ingresos petroleros, el gobierno creó y administró empresas en sectores como energía, telecomunicaciones, siderurgia, transporte y alimentos. La idea era que el Estado debía ser el motor del desarrollo.
En sus primeros años, este modelo permitió grandes avances en infraestructura y servicios. Sin embargo, con el paso del tiempo, la ineficiencia, la corrupción y la politización de las empresas estatales convirtieron esa visión en un lastre. Muchas compañías públicas se volvieron improductivas, subsidiadas por el petróleo y alejadas de la competencia real.
El colapso de PDVSA, otrora una de las petroleras más eficientes del mundo, simboliza la decadencia de un modelo que no supo adaptarse. El Estado empresario venezolano terminó absorbiendo recursos que pudieron haberse destinado a educación, salud o innovación.
El costo de un Estado empresario ineficiente
- Pérdida de competitividad: las empresas públicas, protegidas del mercado, no tuvieron incentivos para innovar ni mejorar su productividad.
- Corrupción estructural: la administración de recursos millonarios sin controles efectivos abrió espacio para desvíos y clientelismo.
- Dependencia del petróleo: la renta financió empresas deficitarias, en lugar de diversificar la economía.
- Desplazamiento del sector privado: la intervención excesiva del Estado limitó el crecimiento de emprendimientos y pymes.
El resultado fue un aparato estatal obeso, incapaz de garantizar servicios básicos y, al mismo tiempo, un obstáculo para el desarrollo de la economía productiva.
El Estado eficiente como alternativa
Un Estado eficiente no significa un Estado ausente. Significa un gobierno que concentra sus esfuerzos en garantizar seguridad jurídica, infraestructura, servicios básicos de calidad y políticas públicas que fomenten la inversión privada y la innovación.
Un Estado eficiente actúa como árbitro, no como jugador. Crea condiciones de competencia justa, regula los mercados para evitar abusos y protege a los más vulnerables sin asfixiar la iniciativa individual.
Ejemplos internacionales muestran que el modelo funciona: países como Chile, Colombia o incluso Irlanda apostaron por un Estado regulador, no empresario, y lograron atraer capitales, diversificar sus economías y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
El dilema en la Venezuela actual
Hoy, Venezuela enfrenta el dilema entre insistir en un Estado empresario quebrado o dar el salto hacia un Estado eficiente que libere las fuerzas productivas de su sociedad. La disyuntiva no es ideológica, es práctica: ¿queremos un Estado que compita con sus ciudadanos o uno que los apoye a crecer?
La respuesta puede definir si el país seguirá atrapado en la lógica rentista o si dará el salto hacia la modernización. La construcción de un Estado eficiente requiere voluntad política, transparencia y confianza. Sin embargo, es la única vía sostenible para salir de la crisis.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué significa un Estado eficiente?
Es un gobierno que cumple sus funciones básicas con transparencia y calidad: justicia, seguridad, educación, salud, infraestructura y reglas claras para la economía.
¿Por qué el modelo de Estado empresario fracasó en Venezuela?
Porque se basó en la renta petrolera, se gestionó con fines políticos y nunca logró alcanzar eficiencia ni sostenibilidad.
¿Un Estado eficiente implica privatizar todo?
No necesariamente. Significa que el Estado se concentra en lo esencial y deja al sector privado la iniciativa productiva, sin renunciar a la regulación y supervisión.
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Conclusión: decidir el rumbo
El dilema de Estado eficiente vs Estado empresario no es un debate académico: es una urgencia nacional. De esa decisión depende si Venezuela seguirá atrapada en el fracaso o si abrirá las puertas al desarrollo.
En palabras de Víctor Escalona:
“La dignidad de un pueblo no se mide por lo que recibe, sino por lo que es capaz de crear.”
La reconstrucción venezolana no pasa por un Estado que lo haga todo, sino por un Estado que lo haga bien. Un país donde el gobierno sea garante y facilitador, mientras los ciudadanos y emprendedores son los verdaderos protagonistas de la prosperidad.
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