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lunes, 15 de septiembre de 2025

Secuestros de trabajadores humanitarios en Sudán del Sur 2025: la crisis que amenaza la esperanza

RadioAmericaVe.com  / Internacionales.

 

Secuestros de trabajadores humanitarios en Sudán del Sur 2025 dejan comunidades sin ayuda vital y exponen una crisis global de olvido.

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Juba / Vierne5.com — El país más joven del mundo vuelve a ocupar los titulares por razones desgarradoras. En 2025, los secuestros de trabajadores humanitarios en Sudán del Sur se han disparado a niveles alarmantes, superando en apenas ocho meses la cifra total registrada durante todo 2024. La ONU confirma que más de 30 cooperantes han sido raptados, algunos de ellos asesinados, en un escenario donde la violencia, la pobreza y la indiferencia internacional se combinan en una tormenta perfecta.

Para millones de sursudaneses, la ayuda humanitaria es la única vía de acceso a alimentos, medicinas y refugio. Pero cuando los convoyes de asistencia se convierten en blanco de milicias armadas y bandas criminales, la esperanza se apaga. Tal como dijo un líder comunitario en Yei: “Cuando secuestran a un doctor, no se llevan solo a una persona. Secuestran también nuestra posibilidad de vivir.”

Esta tragedia, invisibilizada en gran medida por la agenda internacional, resuena más allá de África. Desde América Latina hasta España, comunidades que han dependido de la ayuda internacional saben que lo que ocurre en Sudán del Sur podría repetirse en cualquier rincón donde los Estados fallan y el silencio global impera.

Un país atrapado entre hambre y violencia

Desde su independencia en 2011, Sudán del Sur ha vivido más de una década marcada por la violencia étnica, la corrupción y la fragilidad institucional. A pesar de contar con vastos recursos petroleros, el país sigue sumido en la pobreza extrema: más del 80% de la población vive con menos de 2 dólares diarios. La dependencia de la ayuda humanitaria no es un complemento, es el pilar que sostiene a millones de personas.

En este contexto, los secuestros de trabajadores humanitarios agravan una crisis ya insostenible. Según informes de la ONU, en los primeros ocho meses de 2025 se registraron al menos 33 secuestros, frente a 28 de todo 2024. Muchos de estos ataques se concentran en las regiones de Equatoria Central y Jonglei, donde la presencia de milicias armadas es más fuerte.

Voces desde el terreno: “Cada día salimos sin saber si volveremos”

Mary Achieng, una enfermera ugandesa que trabaja con una ONG internacional en la región de Equatoria Central, lo resume con crudeza: “Nos levantamos para atender niños desnutridos, madres embarazadas y ancianos sin medicinas. Pero cada día salimos sin saber si volveremos.”

Sus palabras reflejan la vulnerabilidad de los trabajadores humanitarios, que además de enfrentarse a la falta de infraestructura y a la inseguridad alimentaria, deben lidiar ahora con el temor constante de ser secuestrados. Muchos se desplazan sin escolta, en caminos controlados por grupos armados que ven en ellos una oportunidad de obtener dinero mediante rescates.

El costo invisible: comunidades enteras sin asistencia

Cada ataque tiene un efecto dominó devastador. Cuando una organización ve a su personal amenazado, suele suspender operaciones en la zona. El resultado es inmediato: aldeas enteras quedan sin acceso a alimentos, medicinas o campañas de vacunación.

En Yei, uno de los condados más afectados, ya se reportan brotes de malaria y sarampión sin atención suficiente. En otro distrito cercano, más de 40.000 personas no han recibido las raciones de alimentos que les correspondían desde hace dos meses. “Cuando los cooperantes se van, nos quedamos solos frente al hambre y la enfermedad”, dijo un líder comunitario citado por medios locales.

Las causas del repunte: una tormenta perfecta

Los expertos identifican varios factores detrás del repunte de secuestros en Sudán del Sur en 2025:

  • Fragmentación del poder político: el gobierno central ejerce un control limitado sobre vastas áreas rurales, dejando espacio a milicias y bandas.
  • Crisis económica: la inflación y la caída de ingresos petroleros han empujado a miles de jóvenes a integrarse a grupos armados.
  • Secuestro como herramienta política: en algunos casos, los rebeldes buscan canjear rehenes por armamento, recursos o visibilidad.
  • Olvido internacional: con el foco mediático en Ucrania y Medio Oriente, África vuelve a quedar relegada en la agenda global.

Una crisis que resuena más allá de África

En América Latina, la experiencia de los migrantes y desplazados forzados convierte esta historia en un espejo cercano. Venezuela, Haití, Honduras o Nicaragua han vivido crisis donde la asistencia internacional ha sido vital. La posibilidad de que esa asistencia sea amenazada, como ocurre en Sudán del Sur, plantea un escenario alarmante que nadie debería ignorar.

Víctor Escalona lo resume así en una de sus reflexiones: “A veces, el verdadero cambio no empieza en la calle, sino en lo que decides pensar cada mañana.” En Sudán del Sur, esa decisión diaria es salir a salvar vidas aun sabiendo que el retorno no está garantizado.

Consecuencias inmediatas y a largo plazo

Si la tendencia continúa, las consecuencias serán dramáticas:

  • Éxodo de ONG internacionales: muchas ya evalúan reducir personal en terreno, lo que dejaría a millones sin ayuda.
  • Colapso sanitario: el país depende casi totalmente de brigadas extranjeras para vacunas y control de enfermedades.
  • Inseguridad alimentaria extrema: más de 7 millones de sursudaneses podrían enfrentar hambruna en los próximos meses.
  • Migración forzada: miles podrían huir hacia Uganda o Kenia, desatando nuevas crisis regionales.

El silencio internacional y la deuda moral

Lo más alarmante es el silencio de la comunidad internacional. Mientras los titulares se concentran en otras regiones, Sudán del Sur apenas aparece en las agendas diplomáticas. Esta indiferencia envía un mensaje peligroso: los grupos armados pueden atacar a trabajadores humanitarios sin enfrentar consecuencias.

Un diplomático africano lo expresó con crudeza: “Cada cooperante secuestrado es un recordatorio de la deuda moral que el mundo tiene con Sudán del Sur. La indiferencia internacional es tan letal como las balas.”

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Por qué son tan comunes los secuestros en Sudán del Sur?

La fragmentación política, la crisis económica y la ausencia de control estatal en vastas zonas permiten a milicias y bandas criminales actuar con impunidad.

¿Qué consecuencias tiene para la población?

Las comunidades pierden acceso a alimentos, medicinas y atención médica, lo que agrava la inseguridad alimentaria y la propagación de enfermedades.

¿Qué puede hacer la comunidad internacional?

Incrementar la presión diplomática, financiar la protección de trabajadores humanitarios y garantizar que la acción humanitaria sea respetada como territorio neutral.

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Conclusión

La crisis de secuestros de trabajadores humanitarios en Sudán del Sur 2025 no es un problema local: es un espejo global. Cada médico, enfermero o cooperante secuestrado representa la fragilidad de nuestras estructuras de solidaridad internacional. América Latina sabe de primera mano lo que significa depender de la ayuda en momentos críticos. Proteger a quienes protegen es, en última instancia, protegernos a nosotros mismos.

¿Qué opinas? Escríbenos a [email protected]. Tu voz también cuenta.

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