Colombia, mayor productor de cocaína: el narco que el mundo normalizó - Radio America VE
planeta tierra girando circulo logo radio america ve

Volumen:

100

Últimas noticias

lunes, 20 de octubre de 2025

Colombia, mayor productor de cocaína: el narco que el mundo normalizó

RadioAmericaVe.com  / opinión.

 

Colombia mayor productor de cocaína

Colombia mayor productor de cocaína. Trump reabre el debate global sobre el narcotráfico señalando a Colombia y su rol central. ¿Se aproxima una cruzada internacional contra el crimen transnacional?


Colombia mayor productor de cocaína, narcotráfico mundial, Trump y el narcotráfico, Cartel de los Soles, FARC, ELN, drogas en Latinoamérica

Por Víctor Julio Escalona — Vierne5.com


Introducción: una verdad incómoda que el mundo prefirió callar

Cuando Donald Trump afirmó recientemente que Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo, sus palabras sacudieron los cimientos del discurso diplomático latinoamericano. Lo que muchos sabían, pero pocos se atrevían a decir, se volvió a colocar en el centro de la discusión global: el narcotráfico no es un fenómeno periférico, sino una estructura de poder que corrompe gobiernos, manipula economías y condiciona la política exterior de las grandes potencias.

En un contexto donde las sanciones, los intereses energéticos y las guerras de información dominan la agenda internacional, el narcotráfico sigue siendo el eje silencioso de la dominación moderna. Trump, con su habitual mezcla de provocación y cálculo político, parece dispuesto a desnudar ese sistema. Si realmente decide emprender una cruzada mundial contra el narcotráfico, podría redefinir el equilibrio global del poder, y dejar su huella en la historia contemporánea.

“A veces, el verdadero cambio no empieza en la calle, sino en lo que decides pensar cada mañana.” — Víctor Escalona

Un narcoestado global: de Colombia al resto del mundo

Colombia, históricamente asociada a los carteles de Medellín y Cali, logró maquillar su imagen internacional en las últimas dos décadas. La narrativa oficial vendió la idea de que el país había superado la era de Pablo Escobar, pero las cifras demuestran lo contrario. Según datos de la ONU, la producción de cocaína alcanzó un récord histórico en 2024, con más de 1.700 toneladas métricas. Lejos de disminuir, la siembra de hoja de coca ha crecido más del 40% en los últimos cinco años.

Hoy, Colombia no solo exporta cocaína: exporta impunidad. Las rutas se diversifican hacia Centroamérica, Europa y África, mientras los grupos armados y las disidencias de las FARC y el ELN controlan territorios equivalentes a provincias completas. El problema ya no es solo el narcotráfico, sino su asimilación como modelo económico.

El silencio cómplice de la comunidad internacional

Durante años, las potencias occidentales miraron hacia otro lado. Estados Unidos financió operaciones militares y programas de erradicación que apenas rascaron la superficie del problema. Europa, por su parte, se convirtió en el segundo mercado más grande del mundo para la cocaína. Nadie quiere admitirlo, pero el narcotráfico mantiene viva una parte significativa de la economía informal global.

En palabras simples: el dinero del narcotráfico lubricó el capitalismo del siglo XXI. Banca suiza, paraísos fiscales en el Caribe y fondos de inversión opacos han sido los cómplices silenciosos del negocio. Trump, al evidenciar a Colombia como epicentro, está desafiando no solo a los narcos, sino a los intereses económicos que orbitan a su alrededor.

Trump y la cruzada geopolítica contra el narcotráfico

Para muchos, las declaraciones de Trump no son simples bravatas electorales. Son el preludio de una estrategia global que combina geopolítica, seguridad y control financiero. Si decide avanzar, no bastará con intervenir en América Latina; deberá empezar dentro de Estados Unidos, donde el consumo y el lavado de dinero alcanzan niveles epidémicos.

El expresidente ha hablado abiertamente de medidas drásticas: sentencias de muerte para grandes narcotraficantes, expropiación de activos y cuentas bancarias, e incluso la posibilidad de operaciones militares directas contra redes internacionales. Su retórica apunta a un objetivo ambicioso: convertir a Estados Unidos en el país que encabece la guerra definitiva contra el narco, incluso por encima de la ONU o la DEA tradicional.

El factor Marco Rubio: el relevo político en clave estratégica

Si Trump lidera esta cruzada, su impacto político podría trascender su propio mandato. Senadores como Marco Rubio —figura clave del ala dura republicana— podrían heredar el proyecto y consolidar un bloque hemisférico contra el narcotráfico. Desde esa perspectiva, Rubio se convertiría en el puente entre la “doctrina Trump” y una política exterior más estructurada y tecnocrática.

La idea de una “alianza hemisférica antinarco” podría atraer incluso a gobiernos conservadores de Europa del Este y Asia, en un intento por frenar la expansión del crimen organizado transnacional. Pero también generaría tensiones con América Latina, donde muchos gobiernos —de izquierda y derecha— dependen indirectamente del flujo de capital ilícito.

Venezuela y el Cartel de los Soles: el delivery del sistema

En esta ecuación, Venezuela ocupa un papel central. El llamado Cartel de los Soles no es una simple estructura criminal, sino una red que combina poder militar, político y financiero. Controla rutas de tráfico, blanqueo de capitales y alianzas con grupos como las FARC y el ELN. Trump lo sabe. Y si decide actuar, será imposible combatir el narcotráfico colombiano sin intervenir también en la red venezolana.

De hecho, informes de inteligencia estadounidenses apuntan a una colaboración estrecha entre mandos militares venezolanos y organizaciones mexicanas. La cocaína colombiana encuentra su “delivery” en los puertos venezolanos, desde donde se exporta hacia África Occidental y Europa. Esa es la verdadera “integración bolivariana”: un corredor delictivo que financia regímenes, compra lealtades y perpetúa la opresión.

Una red que trasciende fronteras

El narcotráfico es hoy un sistema financiero paralelo. Ya no se trata de cargamentos escondidos en aviones o submarinos; se trata de criptomonedas, empresas fachada y bancos que prefieren mirar a otro lado. En ese contexto, Venezuela y Colombia son piezas de un tablero global que incluye a México, Bolivia y Perú como grandes productores o refinadores.

Si Trump realmente emprende su cruzada, el desafío será doble: enfrentar a los narcos visibles y a los narcos de cuello blanco que operan en las bolsas, los tribunales y los despachos bancarios.

El enemigo está dentro: la autocrítica pendiente de Estados Unidos

La retórica anti-narco siempre ha servido para justificar intervenciones, pero rara vez para mirar hacia adentro. Trump ha señalado que el verdadero enemigo no está solo en las selvas de Sudamérica, sino en las ciudades norteamericanas saturadas de consumo y corrupción institucional. El 90% de la cocaína que llega a EE. UU. proviene de Colombia, pero el 100% de su mercado está dentro de sus fronteras.

Combatir el narcotráfico requiere algo más que helicópteros o sanciones: exige una revolución moral, judicial y económica. Y en eso, Estados Unidos aún tiene mucho que limpiar antes de erigirse como juez global.

Trump frente a la historia

Si logra transformar esa narrativa en política efectiva, podría pasar de ser un presidente polémico a un líder histórico. Sería el primero en desafiar el sistema financiero que sostiene el narcotráfico desde adentro, en lugar de perseguir únicamente sus síntomas externos. No sería solo una “guerra contra las drogas”, sino una guerra contra la hipocresía global.

“El verdadero poder no está en los discursos, sino en la capacidad de enfrentar las verdades que todos temen pronunciar.” — Víctor Escalona

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Por qué Trump señala a Colombia como el mayor productor de cocaína?

Porque los informes internacionales de la ONU y la DEA confirman que Colombia supera ampliamente a cualquier otro país en producción de cocaína, consolidando su papel central en el mercado global.

¿Qué papel juega Venezuela en esta red?

Venezuela funciona como corredor logístico y financiero del narcotráfico colombiano, principalmente a través del llamado Cartel de los Soles y las alianzas con grupos armados.

¿Podría Trump realmente liderar una cruzada mundial contra el narcotráfico?

Si cuenta con apoyo internacional y medidas internas de control financiero, podría iniciar una ofensiva global inédita. Sin embargo, enfrentaría resistencia política y económica dentro y fuera de EE. UU.


También te puede interesar


Conclusión: el inicio de una batalla global

Si algo ha demostrado la historia reciente es que las verdades incómodas siempre terminan saliendo a la luz. Trump, con su estilo intempestivo, puede haber encendido una chispa que obligue al mundo a enfrentar su propia complicidad. Colombia, Venezuela, México, Bolivia o Perú no son más que eslabones de una cadena que involucra a todos. Nadie está libre de culpa.

Si esta vez el discurso se traduce en acción real, podríamos estar ante un punto de inflexión histórico: la posibilidad de desmontar la estructura financiera del narcotráfico global. Pero si se queda solo en palabras, será otro capítulo más en la larga saga de hipocresías internacionales que han permitido que las drogas, la corrupción y la impunidad sigan marcando el destino de millones.

¿Qué opinas? Escríbenos a [email protected]. Tu voz también cuenta.


RadioAmericaVe.com  / opinión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pages