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Deportaciones arbitrarias y fin del TPS dejan a decenas de niños venezolanos separados de sus padres, expuestos a traumas y vulnerabilidad.

Caracas / Washington D.C., 24 de junio de 2025 – Las redadas en Estados Unidos han deportado arbitrariamente a decenas de padres venezolanos hacia El Salvador, acusados sin pruebas de pertenecer a bandas criminales. En consecuencia, cientos de hijos han quedado desamparados, sufriendo una separación traumática que agrava una crisis migratoria ya devastadora.
Una ofensiva ciega y sus consecuencias humanas
La administración estadounidense, amparada en la controvertida Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, ordenó el traslado de más de 238 migrantes venezolanos a El Salvador en vuelos federales. Aunque un tribunal federal emitió una suspensión en vuelo, la Casa Blanca ignoró la orden y los envíos continuaron. Al llegar, los deportados fueron recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), sin oportunidad de defensa, ni juicio ni derecho a apelación.
Ese procedimiento abrupto ha dejado a decenas de criaturas, algunos todavía en edad preescolar, sin todas las protecciones legales básicas. Sin madre, sin padre y sin referentes, esos niños enfrentan hoy la peor condena: la incertidumbre y la desprotección.
Cuando la justicia abandona a los más vulnerables
Familias afectadas han denunciado la arbitrariedad del proceso. Una madre contó que identificaron a su esposo por la forma de su oreja –y no por pruebas reales– como supuesto vínculo criminal. No era miembro del Tren de Aragua, según registros en EE.UU. y Venezuela. A pesar de ello, fue deportado y encarcelado sin garantías.
Peor que una prisión: la prisión sin razón
Una deportación puede destruir un núcleo familiar. El daño no es solo físico sino psicológico: los niños enfrentan traumas irreversibles derivados de una pérdida abrupta y una ruptura de su entorno. El encierro del padre representa una fractura emocional profunda, que puede tener efectos devastadores en su desarrollo.
Una violación sistemática de derechos humanos
Organizaciones de derechos civiles califican estas deportaciones como “violaciones flagrantes” del debido proceso y los derechos de los menores. La mayoría no tiene antecedentes penales; sin embargo, fueron etiquetados como criminales y separados de sus padres bajo una lógica de seguridad nacional.
Contexto: crisis venezolana y políticas migratorias extremas
La deportación masiva se enmarca en un endurecimiento migratorio promovido por la administración Trump. En los últimos meses, más de 300.000 venezolanos han perdido protección TPS. Ahora enfrentan deportaciones arbitrarias, medida que se complementa con acuerdos en la sombra entre EE.UU. y Venezuela para intercambiar petróleo por aceptar expulsiones.
Además, se ha evidenciado que muchos de esos deportados jamás tuvieron antecedentes. La aplicación de leyes de siglos pasados ignora garantías legales modernas, basándose en evidencias superficiales como apariencia física o tatuajes, sin sustento judicial.
¿Quién paga el costo?: los niños que quedan al otro lado
En silencio, los hijos de padres deportados pasan sus días entre la angustia y la precariedad legal. Muchos quedan bajo el cuidado de familiares, ONG o incluso desconocidos, sin garantía de acceso a educación, atención médica o un entorno seguro. De acuerdo con Vierne5, ya se han documentado casos donde niños migrantes fueron separados sin juicio previo, incrementando la alarma internacional.
La sombra del TPS: una protección que se desvanece
El fin del TPS para más de 300 000 venezolanos ha abierto la puerta a redadas y deportaciones masivas. El Tribunal Supremo de EE.UU. autorizó a Trump a revocar ese amparo, lo que derivó en el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros para deportar sin proceso judicial. Sin protección legal, los migrantes enfrentan detención sumaria y expulsión inmediata, sin consideración de los lazos familiares ni el impacto sobre sus hijos.
Voces que reclaman: activismo y resistencia
Organizaciones civiles como la ACLU han presentado demandas significativas, como National TPS Alliance vs Noem y J.G.G. vs Trump, reclamando el debido proceso y la reunificación familiar. Estas acciones judiciales buscan detener despidos arbitrarios y garantizar que cualquier deportación respete los derechos básicos y el vínculo parental.
Un camino incierto: ¿qué queda en medio?
La estrategia de deportar a madres y padres sin considerar a sus hijos amenaza con convertir los tribunales de inmigración en fronteras de separación familiar. Más allá de las regulaciones, emerge la pregunta más humana: ¿puede una sociedad sostenerse sacrificando a sus ciudadanos más vulnerables?
Impacto psicológico y social
Expertos en desarrollo infantil advierten que la separación prolongada puede generar ansiedad crónica, insomnio, problemas de apego y bajo rendimiento escolar. El trauma va más allá del momento inmediato y deja huellas profundas que afectan el bienestar emocional y social de los menores.
En momentos de crisis, la filosofía estoica nos recuerda la importancia de la templanza y el control interno: como se aborda en el canal Conversando con Víctor Escalona El Estoico, en el video “Cuando todo se derrumba”, se enfatiza que, aunque no podemos cambiar las circunstancias externas, sí podemos elegir nuestra respuesta frente al dolor y la injusticia. Ver video en YouTube
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