Corrupción bolichicos en Venezuela: riqueza ilícita y miseria - Radio America VE
planeta tierra girando circulo logo radio america ve

Volumen:

100

Últimas noticias

domingo, 21 de septiembre de 2025

Corrupción bolichicos en Venezuela: riqueza ilícita y miseria

RadioAmericaVe.com  / La Voz Del Lector.

 

Corrupción bolichicos en Venezuela: riqueza ilícita y miseria

Corrupción bolichicos en Venezuela: el caso Alejandro Betancourt expone el saqueo eléctrico y la indiferencia ante la pobreza. La justicia, ¿llega?

Fecha: Domingo 21 de septiembre de 2025 | Sección: La Voz del Lector

La carta de un lector vuelve a poner el foco en Alejandro Betancourt López y la élite conocida como los bolichicos. ¿Cómo es posible que, detenido en Londres, haya recuperado la libertad casi de inmediato? La sospecha es obvia: una fianza millonaria. Pero la pregunta de fondo es otra: ¿de dónde sale ese dinero? La respuesta remite a una década de contratos inflados, sobreprecios y negocios opacos que, mientras enriquecían a unos pocos, hundían al país en apagones, pobreza y migración.


El caso Betancourt: de Londres a la indignación popular

La figura de Alejandro Betancourt López desata pasiones porque simboliza el tránsito directo entre el poder político y la riqueza súbita. Su nombre aparece ligado a contratos para “rescatar” el sistema eléctrico nacional, a negocios petroleros y a operaciones financieras de alto vuelo. La liberación casi inmediata tras su detención en Londres —presuntamente bajo fianza— reabre una herida que no ha cicatrizado: la sensación de que la justicia es un privilegio de quien puede pagarla.

La pregunta del lector es simple y demoledora: “Presumo que pagó fianza, ¿de cuánto sería?”. No hay respuesta oficial pública que satisfaga la curiosidad ciudadana. Pero el punto crucial no es el monto, sino el origen de esas fortunas. En la memoria colectiva persisten imágenes de mansiones europeas, autos de lujo, yates y relojes de colección. En paralelo, millones de venezolanos viven con sueldos que no alcanzan para comprar la canasta básica.

“A veces, el verdadero cambio no empieza en la calle, sino en lo que decides pensar cada mañana.” — Víctor Escalona

Cómo se transformó la oscuridad en negocio

Los contratos asignados a empresas vinculadas a los bolichicos prometían modernizar plantas, ampliar generación y estabilizar la red. La realidad fue otra: proyectos inconclusos, turbinas que nunca funcionaron, plantas a medio montar y equipos abandonados. La factura la pagó el país entero en forma de apagones interminables, industrias paralizadas, hospitales colapsados y escuelas cerradas.

Cuatro efectos inmediatos de aquel saqueo eléctrico

  • Hospitales sin luz: cirugías interrumpidas y equipos críticos dañados por picos de voltaje.
  • Producción en caída: fábricas y comercios quebraron por cortes no programados y pérdidas en cadena.
  • Educación intermitente: aulas vacías durante días, con niños y jóvenes sin clases.
  • Alimentos arruinados: neveras apagadas, mercados con pérdidas y hogares con menos comida.

La paradoja obscena es que, mientras la gente soportaba la oscuridad, algunos “salvadores” multiplicaban su patrimonio en dólares. Por eso la palabra bolichico dejó de ser un apodo para convertirse en un concepto moral: riqueza súbita, opacidad contractual y cinismo social.

La ruta del dinero: del contrato opaco al lujo transnacional

El dinero no viaja solo. Para moverse, necesita bancos, inmobiliarias, bufetes y fiduciarias. El lavado de capitales existe porque existen ventanas jurídicas que lo permiten: estructuras societarias en cascada, paraísos fiscales, testaferros y operaciones que, sin ser abiertamente ilegales en cada tramo, terminan blanqueando fortunas de origen ilícito. La indignación del lector apunta allí: “Comercializaban petróleo, legitimaban capitales… ¿Cuánto se llevaron?”.

Responder con exactitud es difícil, pero el daño social es verificable: más pobreza, más desigualdad y más migración. Es la triple herida de una década de saqueo.

Vivir como pachás frente a la miseria de un país

Viven como unos pachás y en Venezuela la miseria campea”, nos escribe otro lector. La frase retrata la fractura moral: mientras unos presumen castillos, jets y colecciones, otros hacen colas por harina, venden sus pertenencias para comer o emprenden rutas de éxodo. Este contraste no es solo económico; es una humillación ética.

El costo humano de la cleptocracia

  • Pobreza extendida: hogares con ingresos incapaces de cubrir la canasta básica.
  • Éxodo forzado: millones de venezolanos en rutas peligrosas buscando oportunidades.
  • Tejido social roto: familias separadas, abuelos criando nietos, barrios sin jóvenes.
  • Salud en emergencia: hospitales sin insumos y pacientes que emigran para tratarse.

La riqueza de los bolichicos no fue un golpe aislado: vació el futuro. Cada contrato inflado significó menos camas UCI, menos libros, menos empleo. Por eso la gente pregunta no solo cuánto se llevaron, sino cuándo lo devolverán.

¿Devolverán el dinero? La pregunta que no se calla

Otro lector lo dice con ironía: “Creo que los famosos bolichicos van a devolver el dinero recibido en calidad de préstamo.” La frase destila rabia, pero también una verdad jurídica: la reparación es parte de la justicia. Sin recuperación de activos, no hay justicia plena. Y sin sanciones efectivas, el mensaje a futuros saqueadores es perverso: robar sale a cuenta.

Cómo se repara un país saqueado

  1. Perseguir activos en todas las jurisdicciones donde se hayan invertido fondos públicos desviados.
  2. Inhabilitar a los responsables para contratar con el Estado y ocupar cargos públicos.
  3. Crear fondos de reparación para salud, educación y electricidad con lo recuperado.
  4. Transparencia radical: auditorías abiertas y veeduría ciudadana permanente.

Sin estas medidas, el ciclo de impunidad seguirá replicándose. La pregunta por la fianza de Londres es importante; la exigencia por la devolución es impostergable.

Misericordia y justicia: la dimensión moral

La Misericordia de Papá Dios es infinita; pero la Justicia de Papá Dios también es infinita”, nos recuerda la carta. La frase atraviesa un país de tradición espiritual: la fe consuela, pero también exige rectitud. Aunque la justicia humana falle, hay una convicción íntima de que nadie escapa a la verdad. Esa certeza sostiene a quienes han perdido casi todo, menos la dignidad.

“La corrupción no solo roba dinero: roba futuro, dignidad y esperanza.” — Víctor Escalona

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Quiénes son los “bolichicos” y por qué se les llama así?

Es el apodo con el que se conoce a una élite de jóvenes empresarios conectados al poder político que obtuvieron contratos millonarios —especialmente en electricidad y petróleo— durante los años de la bonanza. Para la ciudadanía, el término se volvió sinónimo de corrupción, sobreprecio y ostentación.

¿Qué relación tiene Alejandro Betancourt con el colapso eléctrico?

Su nombre se asocia a empresas que recibieron contratos para “rescatar” el sistema eléctrico. Los resultados —proyectos inconclusos y equipos inoperativos— alimentaron la percepción de saqueo y enriquecimiento ilícito mientras el país quedó a oscuras.

Si fue liberado en Londres, ¿quiere decir que es inocente?

No necesariamente. La liberación bajo fianza —si ese fue el mecanismo— es una medida procesal, no una absolución. La clave está en el curso de las investigaciones y en la cooperación internacional para seguir la ruta del dinero.

¿Qué debería ocurrir para que exista justicia real?

Recuperación de activos en múltiples jurisdicciones, sanciones efectivas, inhabilitaciones y fondos de reparación para salud, educación y el sistema eléctrico. Además, transparencia y auditorías ciudadanas para que el ciclo no se repita.

También te puede interesar

Cierre: la fianza no compra el perdón

La carta del lector deja una sentencia que resume el ánimo del país: “La Misericordia de Dios es infinita; pero su Justicia también es infinita.” Esa convicción sostiene la exigencia cívica: si hubo saqueo, debe haber verdad, reparación y consecuencias. La pregunta por el monto de una fianza es legítima; la exigencia por el origen del dinero es imprescindible. Porque sin reparación, no hay futuro.

Los venezolanos no piden milagros: piden justicia. Que quienes “vivieron como pachás” rindan cuentas. Que el dinero regrese a hospitales, escuelas y al sistema eléctrico. Que la oscuridad deje de ser negocio. Y que la palabra bolichico no vuelva a significar impunidad, sino memoria de lo que no debe repetirse.

¿Qué opinas? Escríbenos a [email protected]. Tu voz también cuenta.

RadioAmericaVe.com  / La Voz Del Lector.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pages